El poder de los frutos secos

El poder de los frutos secos

Lo primero a resaltar, para hablar sobre los frutos secos, es una aclaración: no son secos porque el tiempo les pasó y se pusieron así. En realidad, este nombre se refiere a una característica inherente a este grupo de frutos, y es su poco contenido de agua.

Todas las frutas tienen algún contenido en agua, y los hay muy ricos en este elemento como la sandía y el melón. Los frutos secos están en el otro extremo, y se reconocen como aquellas frutas cuya composición natural no alcanza el 50% de agua.  Pero como Dios hizo la naturaleza a perfección, lo que les falta de agua les sobra en nutrientes, por eso los frutos secos se encuentran siempre en los primeros lugares de las listas de alimentos energéticos.

Más que para entretener el paladar, como mucha gente hace, los frutos secos son muy recomendados por su alto contenido en grasas saludables,  proteínas y otros nutrientes que poseen en menos cantidades como las vitaminas. Pero sobre todo la grasa. Según declaraciones del catedrático de fisiología Ramón Segura en una conferencia sobre “Salud y Frutos Secos” celebrada en Valencia en el 2003, entre un 51 y un 73% del peso de los frutos secos es grasa. Lo más interesante es que se trata de la grasa que más bien hace al organismo humano.

“La mayor parte de los compuestos lipídicos son ácidos grasos insaturados, ‘de tipo cardiosaludable’. Su concentración en proteínas es elevada si se compara con el resto de alimentos de origen vegetal y son una excelente fuente dietética de fibra, elementos minerales y vitaminas. Por todas estas razones, los frutos secos deben estar presentes en cualquier dieta. La cantidad a ingerir, dado su alto contenido energético, debe ajustarse a las necesidades nutricionales y calóricas de cada sujeto”, dijo Segura en su ponencia.

Cuáles son. No sólo de coquitos (avellanas), almendras, maní y semillas de cajuil vive el hombre.

Dentro de los frutos secos hay otra variedad que no viene en las fundas surtidas que se compran en Navidad, pero son igual de beneficiosos. Dentro de la clasificación de  frutos secos también se incluyen semillas como las de girasol, sésamo, calabaza, las de algunos tipos de pino a las que se llama piñones, así como otros frutos como el pistacho.

Muchas personas comen los frutos secos sin más condimento, y con eso basta para tener una buena ingesta de nutrientes como merienda, por ejemplo. Otro de sus usos populares es como tope para diferentes pasteles y galletas, o para surtir los cereales que se suelen consumir en el desayuno. 

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