El poder de un tuit

El poder de un tuit

Gladeline Rapozo, de 22 años, psicóloga y directora del canal de youtube DuckTape TV, reconoce que el poder para demandar el ejercicio pleno y libre de la democracia está en el uso inteligente de su teléfono móvil. De hecho, lo revindica desde el 16 de febrero al enterarse de que el pleno de la Junta Central Electoral suspende las elecciones municipales que movilizaban a alrededor de 7,487,040 dominicanos en 4,625 recintos y 16,499 colegios electorales. El costo que pagó la población al sufragar impuestos asciende a RD$14 mil millones.
Tomó su cuenta personal de Twitter (para el domingo 16 de febrero llevaba nombre de usuario @dotoronja, en la actualidad es @gladelinerapozo) y expresó su indignación con menos de 16 caracteres a las 11:53 de la mañana: «Quién es que va a convocar la huelga frente a la JCE a exigirles su renuncia???», alcanzando una reticularidad de 23 «retuits» y 48 «me gusta»; en menos de 20 minutos, a las 12:22 pm del domingo, Julio Pérez (24 años), comunicador, entusiasta del diseño y manejador de la cuenta de Instagram de la plataforma de medios y entretenimiento Revoltiao (@revoltiao), selecciona el tuit de Rapozo, entre todas las reacciones que generó el golpe a la democracia; la postea, potenciando la indignación de los usuarios, que entre comentarios y «repost» en Instagram, reaccionaban con indignación.
Pérez, en el arte del tuit que publicó en @revoltiao, acompañó la imagen con un texto: «Wewaitin’ (estamos esperando)», con la intención de llamar la atención y provocar quién, de toda la ciber audiencia, fijaría fecha y hora para protestar de forma pacífica, en respuesta al tuit de Rapozo. En menos de 20 minutos, alrededor de 3,000 usuarias y usuarios, en la cuenta de Revoltiao se motivan a la movilización, incluso unos 155 emiten su desconcierto al comentar el «post».
A las 1:00 de la tarde, Rapozo vuelve y tuitea «MAÑANA 5PM EN LA JCE?» (sic), y ocho minutos más tarde, escribe tres mensajes directos a @revoltiao: «Hoy a las 5pm o mañana a las 5pm… Pero suban eso pa regarlo!! Por favorrr». Al final, Rapozo propuso 3:00 p.m. (porque el horario de término de las labores de la Junta Central Electoral era a las 4:00 pm) y Pérez procedió a diseñar el anuncio con un consejo del orden simbólico de la psicóloga: «De negro preferiblemente. Todos vestidos de negro», por el duelo nacional que implicaba la suspensión de las elecciones.
Después de aprobado, Rapozo, a las 1:29 pm, tuitea en su cuenta personal «CONVOCATORIA FORMAL!!!» con el arte adjunto, siguiéndole Pérez, con un posteo similar como «stories» (historia, publicación que solo aparece por 24 horas, al menos que se almacene como «destacada») en el Instagram de Revoltiao, a las 1:30 pm, con un mensaje en la parte inferior: «Se armó. Ya ta’ bueno».
A partir de ahí, logran que el lunes 17 de febrero la comunidad que les sigue acuda a la Plaza de la Bandera, también que se unifiquen otras plataformas de redes sociales, aumentando hasta subvertir la agenda política del día patrio, el 27 de Febrero, por un renovado trabucazo. Sin dudas, la indignación colectiva, que trascendió suelo dominicano y se posicionó en cada uno de los lares donde han migrado nacionales, se acrecentó a raíz de los atropellos físicos (detonar tres bombas lacrimógenas, romper carteles, impedir el libre tránsito) y también las arbitrariedades simbólicas (una figura pública denostándoles por la supuesta clase social a la que pertenecen, la contra-campaña de la JCE hurtándoles los recursos comunicativos que crearon, sin responderles –todavía- la solicitud de transparencia y la de renuncia; una andanada de supuestos líderes cuestionando su procedencia y preferencias políticas, mientras que otros le invitan a convertirse en parte –o en veedores- de un sistema que no les representa debido a las prácticas evidenciadas).
En definitiva, la respuesta que se le ha dado a la Generación del 20 dominicana denota el desentendimiento de que se trata de una juventud transnacional –incluso aunque no haya viajado está conectada al mundo, sus mundos-, forjadora de identidades propias a través de las nuevas autopistas de la información y de matices disruptivos para movilizarse y expresarse; para trabajar y generar riquezas; para relacionarse entre sí y con el ambiente. Y, claro, para ejercer la democracia plena.
De la «sociedad de la información» a la «sociedad en redes». De la instalación del primer diario «nativo digital» en el país, en 1995, transcurren 25 años, justo la edad promedio de quienes se movilizan en la Plaza de la Bandera. Han nacido con un recurso comunicativo inigualable que consiste en las competencias y capacidades de crear contenidos y colocarlos en una diversidad de plataformas, lo que les convierte en «prosumidores» de ilustraciones, canciones, videos, tuits, memes, post que motorizan y canalizan principalmente por Instagram y el servicio de telefonía WhatsApp.
Estas competencias, en parte, se explican por el doble hábitat que ocupan, pues estando en el espacio físico –digamos «real» u «off line»- mantienen un amplio vínculo con la virtualidad, mediante la conexión a la Internet -«on line»-, la cual puede ser de hasta tres horas diarias. Siendo la actividad más usual el acceso a las redes sociales para compartir e intercambiar ideas que transitan de forma instantánea a través de los «nuevos medios». Ahora bien, los sucesos posteriores al 16 de febrero impulsan una acción que hasta la fecha era tímida entre los habitués de las redes: participación activa a través de comentarios.
Además, de ser especialistas en «ubicuidad», también rompen las barreras del costo de la telefonía móvil y la obtención de data, para lo cual localizan los espacios de Internet libre, principalmente en los centros de educación superior, plazas comerciales y lugares de esparcimiento. Esto también convierte a la Generación del 20 en entes selectivos de información y de contenidos, ante la abundancia infointoxicadora de datos, difuminando la clásica conceptualización de «masas» sobre los cuales operaban los medios de comunicación.
Por demás, los indicadores de la «sociedad de la información» son tan dis- ruptivos que pueden cambiar de manera vertiginosa, incluso al momento de terminar de escribir este artículo. No obstante, es en esta incertidumbre que jóvenes como Rapozo y Pérez, de la Generación del 20, han creado un amplio sistema de respuestas, simbologías, soberanías y liderazgos, para lo cual le son útiles sus capacidades multi-lectoras (hipertextualizadas) y miradas críticas propias que les convierte en personas que se emancipan de las sublimes ataduras de la «economía de los intangibles» que ha definido Antonio Pulido, con la finalidad de ejercer ciudadanía en la «sociedad en redes», tal como plantea Manuel Castels: «Porque efectivamente vivimos en una nueva estructura social, la sociedad de las redes globales, caracterizada por la aparición de una nueva cultura, la cultura de la autonomía».
La comunicación, flujos y estrategias. Si bien es cierto que la psicóloga Rapozo es pionera en motivar el activismo por la defensa de la democracia, el impulso de su convocatoria se hace a través de las estrategias de comunicación agilizadas por Pérez, cumpliéndose dos axiomas de la postmodernidad: «la comunicación es un eje transversal» de la cotidianidad y «todo comunica»… hasta los silencios, como el que mantiene en alerta a la juventud: las causas de la suspensión de las elecciones.
Con los «nuevos medios», la comunicación de unidireccional pasa a multidireccional, «de flujos», propiciando la participación activa de los «prosumidores», permitiéndoles comentar (el tuit de la joven youtuber propicia las movilizaciones), generar espacios para-textuales (la juventud convierte su indignación en meme); también, intercambiar evidencias en diferentes y diversos escenarios digitales (usualmente es el enlace de una publicación digital con credibilidad en sus nichos comunicativos), o simplemente colocar los emoticones –los emojies- (en señal del estado de ánimo).
Además, la multi-direccionalidad permite un entramado hipertextual que hurga las huellas digitales. De manera que, junto a las protestas pacíficas y presenciales en la Plaza de la Bandera, se evidencian otras a través de una etiqueta (hashtag), el intercambio de diversos documentos contenidos en bases de datos y no faltaron las ramificaciones discursivas de otros portales de interés, tal como los reportes que sobre el activismo hacen medios transnacionales como The New York Times y British Broadcasting Corporation (BBC), hasta los creados por congéneres de la juventud dominicana en el extranjero: Vice News, Playground y Pictoline.
Este flujo comunicativo permite que los mensajes generados e intercambiados sobre la situación de la democracia transiten de muchos usuarios a muchos usuarios; interactuando incluso en otros espacios –remitiéndose mensajes directos-, apresurando otros foros, desarrollando nuevas conversaciones, rebasando la distancia espacial. De hecho, las convocatorias realizadas desde el 16 de febrero al 2 de marzo han movilizado 28 provincias y más de 75 comunidades de dominicanos en el exterior, de acuerdo con la interacción a través de stories publicadas por Revoltiao.
La innovación multimediática, principalmente a través de videos producidos con teléfonos móviles y apostando como señal de subversión a los planos cenitales para demostrar capacidad de convocatoria, es otro de los recursos que unifica a la juventud e impulsa la presencia de la comunicación digital más allá de la Plaza de la Bandera. Desde la convergencia de medios, de Twitter a Instagram, de Facebook a YouTube, demuestran el reinado del contenido en esta era, la de la Generación del 20.

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