El poder mediático

El poder mediático

  JOSÉ LOIS MALKUN
Antes de que Danilo Medina tomara la decisión de separarse del Gobierno para lanzar su precandidatura a la Presidencia por el PLD, debía imaginarse que se enfrentaría a un poder mediático desenfrenado. Y digo que «debía» porque él estuvo en el poder por dos años y conoce más que nadie de que estamos hablando. Si usted analiza la mayoría de los medios de comunicación a nivel nacional, de cada diez noticias sobre la candidatura del PLD, ocho son favorables al presidente Fernández. Inclusive, hay medios que de cinco noticias sobre los candidatos de todos los partidos, cuatro están relacionadas a la candidatura del Presidente y son presentadas en términos muy favorables. Las noticias que pueden desfavorecer al Presidente o a su Gobierno, que son mucho más numerosas, apenas se tocan en algunos medios.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, creo que nunca antes se había orquestado desde el poder una maquinaria mediática tan poderosa (y costosa) que manipulara de forma tan manifiesta toda la información nacional que circula en los medios. Desde encuestas, cuyo financiamiento se desconoce, hasta declaraciones absurdas de los reeleccionistas, son noticias relevantes sin importar la veracidad, sustentación o procedencia de la información.

Por ejemplo, «Leonel aventaja con 84% de los votos» (tiene que ser mas de 80% ya que Miguel Vargas eso fue lo que obtuvo en el PRD). «Danilo debe retirarse de la contienda para que no le cuenten los votos». Pero si Danilo dice eso de su contrincante ni caso le hacen o salen publicadas 60 respuestas en contra de esa absurda declaración. «Leonel arrasará en la Convención» noticia de primera línea en casi todos los medios.

Lo que no sabemos es, porqué si esas informaciones sobre la ventaja de Leonel sobre Danilo son ciertas, los reelecionistas se desesperan tanto haciendo todo tipo de declaraciones absurdas. Pero ese es el escenario que viviremos en los próximos 14 meses. Y prepárense para lo que viene cuando comience la campaña para la Presidencia. O sea, parecería que la victoria electoral dependerá de cuán agresivo sean los partidos y sus candidatos en los medios de comunicación o cuánto dinero dediquen a su campaña para repartir y comprar a quien sea. Y en eso, el Gobierno tiene un presupuesto ilimitado a su disposición, producto de tres reformas fiscales que están destruyendo la estructura productiva del país.

¿Programas de Gobierno? Y para qué si eso aquí no tiene importancia y mucho menos para un Gobierno que no ha cumplido nada de lo que prometió. ¿Discursos y promesas? Ya nadie cree en eso porque el último discurso del Presidente en el Congreso fue realmente una demostración de que vive en otro país. ¿Obras y realizaciones? No hay, excepto el Metro donde se hará el show mediático más costoso de la historia cuando el Presidente se monte en un vagón aunque recorra sólo 50 metros. ¿Qué los pueblos estén sufriendo toda clase de vejámenes? ¿Qué vivan peor que en Macondo? ¿O que se pasen las 24 horas quemando gomas y en huelga? Eso no tiene importancia ni será noticia relevante como para poner al Gobierno entre la espada y la pared. ¿Qué los choferes hagan su huelguita? Siempre sucede y nada pasa. Al final los choferes sufrirán toda clase de propaganda negativa que lo hará desistir de su propósito.

La mayoría de los ciudadanos seguirá empeorando su situación pero gran parte de los medios se encargaran de proyectar una imagen exitosa del Gobierno peledeísta aunque éste se dedique 100% a la reelección, olvidándose de que existe un país con tareas urgentes que deben resolverse. 

Por eso tendremos unas elecciones típicas dominicanas. Nada de demostrar cumplimiento en las promesas hechas hace cuatro años por el actual Presidente. Nada de compromisos ni ataduras para el futuro. Nada de programas de Gobierno que muestren las diferencias entre los partidos. Nada de debates entre los candidatos a la Presidencia para evaluar sus diferencias y cualidades.
Nada nuevo en el escenario político. ¿Porqué arriesgarse, si el partido en el poder piensa que tiene a la opinión pública controlada? Ese es el pensamiento que prevalece porque es la realidad de lo que a diario se vive. Es lo impide abrir las compuertas de unas elecciones transparentes. Y que impide también una expresión popular libre de presiones, amenazas, desinformación, falsas promesas, compra de votos y chantaje. Ya lo vimos en mayo del pasado año. Lo vemos también ahora en la campaña interna del PLD. Mientras Danilo Medina pronunciaba un discurso hace unos días, los reelecionistas regalaban  comida, madera y zinc en todos los alrededores.

 Todo eso cambiará radicalmente el día que la República Dominicana reforme su Constitución para prohibir la reelección. Porque ningún Presidente en su sano juicio permitiría estas atrocidades si sabe que su historia termina a los cuatro años. Más bien gobernaría hasta el último día para mantener su prestigio y culminar con éxito su gestión.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas