¿El poder? para ejercerlo

¿El poder? para ejercerlo

¿Cuál es la misión de un partido político? ¿Para qué se junta la gente y crea un partido? ¿Cuáles ideas y propósitos se explican a la gente para que se afilie, se agrupe bajo una determinada bandera?

Se hace una matriz con esas preguntas  y  otra matriz con las propuestas de los candidatos, sería imposible que concuerden, que se ajusten las preguntas a las propuestas. Y si se crea una matriz con las ejecuciones del gobierno estaríamos frente al mayor desajuste. Entonces ¿para qué se ingresa a un partido? ¿Cuál es la propuesta que entusiasma, que enamora a los electores?

 ¿Cuáles son los objetivos del partido al cual uno se afilia? En cualquier momento uno se da cuenta de que es un número que han sumado, que con toda facilitad se olvida cuando se toma el poder, que las ofertas de campaña son ceniza lanzada al viento, fuegos fatuos, espejismos. De pronto despiertas y ves que una cosa es con guitarra y otra cosa con violín.

Y aunque dijeron que tocaban guitarra, nunca lo hicieron delante de los electores, pero tampoco estaban estudiando violín.

Entonces vienen las improvisaciones, a ver qué pasa. Dado que en su práctica social carecen de principios inscritos en la escala moral, irrespetan procedimientos, leyes, frenos, buenas costumbres y se inscriben, felices y contentos, en las prácticas del pasado que dijeron aborrecer.

Es que una cosa es estar fuera y otra disfrutar dentro. Aquellos, los que se fueron, los que supieron gobernar porque se mantuvieron en el poder, no importa si se llamaban Trujillo, Somoza, no importa, esos eran arquetipos de gobernantes que supieron gobernar porque se gobierna para el grupo, no para beneficio de la mayoría.

¿Mayoría? Sí, la mayoría
La mayoría siempre debe ser cortejada para que crea que gobierna. Entonces hay que aceitar los mecanismos de representación del voto popular para que la gente, los votantes, vean en los elegidos sus delegados.

La tarea de gobernar bien no implica mantenerse en el poder contra viento y mareas. De ser así Juan Bosch fue un mal gobernante ya que se dejó derrocar sin estar preparado para oponer resistencia a nombre del pueblo que lo eligió mayoritariamente. Después que estemos en el poder hablamos. El lenguaje de la oposición no se convierte en buenas realizaciones desde el gobierno. Son cosas distintas.

Que no haya energía eléctrica, que el agua potable escasee, que los productos de primera necesidad están más caros que nunca, que el caos del transporte se magnifica, que escuelas y hospitales siguen con precariedades, que a guardias, policías, empleados públicos y privados no les alcanza el sueldo para vivir, ese es problema de la mayoría.

De una mayoría que se fabrica mediante la compra de personas, de votos y cédulas, con palabras bonitas y promesas que no se van a cumplir.

Mientras, Señores Diputados, desde este mes ganan 50 mil pesos más.

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