Cuando se habla de PODER, se enfatiza sobre uno de los elementos más importantes de todo el comportamiento humano, el cual y según hemos estudiado, se define como la capacidad que tiene la persona, para, y desde su punto de vista, ejercer influencia y autoridad sobre determinado conglomerado.
Este se da cuando el individuo logra “imponer” sus razonamientos sobre los demás, tanto en el nivel político, militar, religioso, así como en otros órdenes.
Como nota introductoria debemos decir, que muchos al alcanzar determinadas cimas, se olvidan, que “El poder es una estructura de la sociedad”, página. 38, y como tal, quien lo ostenta se debe saber manejar, eso sí, tomando como parámetro los diversos elementos que tienen que ver de manera directa, con el comportamiento de ese segmento social sobre el cual se ejerce dicho poder.
Sin embargo, cuando el poder se analiza basado en las diversas teorías de destacados intelectuales que tienen que ver con el estudio de las Ciencias Políticas, pero sobre todo, cuando estudiamos a eruditos del calibre de Moisés Naím, y su libro “El Fin del Poder”, el mismo como que deja en el lector, una especie como de letargo.
Antes bien, debo aclarar, que leer texto como “El Fin del Poder”, es un serio compromiso con esa parte racional, sobre todo, para los que como quien escribe, la lectura más que una vocación o la búsqueda de conocimientos, es un compromiso con el enriquecimiento del intelecto.
Al escudriñar las diversas teorías que sobre el poder expone Naím dentro del libro en cuestión, en donde según vamos avanzando página tras páginas, nos damos cuenta de las cruentas debilidades que sobre este tenor hay, en donde a juicio del autor, y así también nosotros lo creemos, “que un exceso de concentración de poder causa daños sociales” pág. 41
Por ejemplo, en la página 42, nos encontramos con una aseveración muy propicia para, y desde las primeras líneas del libro entender el poder y sus limitaciones, cuando el autor asegura, que “Comprender la degradación del poder es el primer paso para encontrar la manera de avanzar en un mundo que está renaciendo”.
“No obstante, el poder está presente en todo, desde el sistema de mercados, hasta los mercados y la política; de hecho, está presente en cualquier situación en la que exista una rivalidad o una interacción entre personas u organizaciones. Cuando se compite, se produce una distribución de poder, que siempre es relevante para la experiencia humana”, pág. 45.
Al ir leyendo y sumergiéndonos dentro del universo que sobre el poder y sus diversos manejos nos presenta el autor, paso a paso vamos descubriendo las múltiples debilidades que desde que se viene usando este término hay, todo esto, debido a que quienes en su gran mayoría lo han ostentado, no han tenido la visión de entender que el mismo, se usa para dirigir y no para imponer criterios, como ha ocurrido, repetimos, en la mayoría de quienes los han tenido.
Ahí mismo nos damos cuenta, y esto es muy importante recalcar, sobre todo para quienes analizan y estudian con un poco más de profundidad los diferentes fenómenos politológicos, las numerosas batallas que el ser humano debe librar para conquistarlo, pero sobre todo, el trabajo que da mantenerlo, ya que según el autor, “el poder tiene un componente material y otro psicológico, una parte tangible y otra que existe en nuestra mente”, página 45.
Quienes se dedican a la búsqueda del poder, si de verdad lo quieren conservar un poco más de lo establecido, los mismos deben de tener la suficiente inteligencia política emocional, para saber usarlo y entender que “El poder nunca existe de manera aislada, siempre involucra a otros actores y se ejerce en relación con ellos”, página 47, lo que trae a colación un término que muchos usamos y que se denomina concertación en la toma de decisiones.
Debemos señalar como punto básico dentro del presente análisis, y es que, “La influencia es una forma de poder” página 52, la cual quienes los ostentan deben de saber canalizar, ya que en la medida que el individuo se comporte cuando se encuentre en la cima, en esa misma medida los opositores se comportarán cuando el mismo ya no se ejerza o esté de nuestro lado (es decir el poder).
Lo recalcado en las pasadas líneas, son a propósito de la falta de humildad y la manera despótica con la que suelen comportarse algunos cuando se encuentran en la cúspide, pues, debemos recordar una sabia frase de nuestros pueblos latinoamericanos, que dice: “En la política no hay amigos ni enemigos; solo intereses permanentes”.
“Cuando las barreras caen o se debilitan, y son más fáciles de penetrar o derrumbar por nuevos aspirantes, los poderosos, como es natural, se vuelven más vulnerables, y su poder mengua o hasta pueden perderlo del todo”, página 55
En la página 84, Moisés Naím afirma, “que el poder altamente concentrado existe, desde que las riquezas se han venido concentrando, desde que muchos que no tienen dinero se alían, o compran políticos o gobernantes”, algo que le ha hecho mucho daño al ejercicio de la política, sobre todo, en nuestros países latinoamericanos, en donde escasea la educación sobre este tenor.
Es a través de las pasadas aseveraciones, las cuales se dan en una gran parte de esta parte del mundo, por donde se entra a la misma el cáncer de la corrupción, y como muestra, ahí están los múltiples ejemplos de nuestra República Dominicana, en donde a borbotones llueven las denuncias y los sometimientos de la pasada administración que encabezara el expresidente Danilo Medina y su Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Sin embargo, y como consecuencia de una muy mala interpretación de la política como tal, “El poder está degradándose debido a la gran cantidad de cambios que están ocurriendo en estos ámbitos”, pág. 89, todo esto, debido al ensanchamiento que ha habido y la cual nos pone a pensar en la manera de cómo el ser humano conquista, debilita y finalmente pierde el poder, que es la esencia misma del presente análisis.
Ahora bien, “La esencia de la política es el poder; la esencia del poder es la política. Y desde la antigüedad, el cambio tradicional hacia el poder ha sido la dedicación a la política. En realidad, el poder es a los políticos, lo que es la luz del sol a las plantas, tienden naturalmente a buscarlo”, pág. 120, una verdad incuestionable y que Naím aborda de manera magistral.
Más adelante nos continúa diciendo, que “Lo que hacen los políticos con el poder varía, pero la aspiración a poseerlo es el rango fundamental que tienen en común. Como dijo Max Weber hace casi un siglo, el que se dedica a la política lucha por el poder, bien como medio para lograr otros fines, ideales o egoísta, o bien para alcanzar el poder por el poder, es decir, para disfrutar del sentimiento de prestigio que el poder confiere”, página 120.
Finalmente, escribir sobre el poder, es una de las acciones que más he considerado tentadora, por aquello de que quien analiza la política, nunca debe obviar el tema en cuestión, ya que, como una tibia necesidad, el mismo se escabulle hasta nuestro raciocinio para decirnos, cuán importante es el estudio de este; sus fortalezas, debilidades y sobre todo su permanencia o desaparición cuando no se ejerce con la debida inteligencia política emocional.