El poder, una sombra que pasa

El poder, una sombra que pasa

JUAN TERRERO PÉREZ

Solo la palabra de Dios perdura por siempre. Más especifico, “todo pasará, menos la palabra de Dios”, dicen las escrituras. El presidente Jorge Blanco (1982-1986) decía constantemente la frase es el epígrafe de este trabajo; lo interpretaba como una advertencia a sus funcionarios.

Pasó la transición del periodo constitucional, y el mundo sabe ocurrió una sentencia condenatoria al presidente Jorge Blanco y otros colaboradores cercanos. Sentencia posteriormente anulada por la Suprema Corte de Justicia.

¿Qué ocurre en los periodos de transición gubernamentales? Mucha gente despierta de su ira de poder, cuando le quedan días para entregar; entonces arriba el crujir de los dientes. Pero el tiempo apremia.

Sucedió recientemente en la República Dominicana. Obnubilados por el disfrute del poder, y ante el “taponeos” permanentes de los soldados, y el sí, señor. Se creyeron que su poder era para siempre.

En la presente administración estatal, algunos funcionarios comienzan exhibir los mismos vicios de antiguos colegas; creerse que “el mundo es de ellos” por ostentar un cargo fruto de un decreto que puede ser roto por otro decreto. Es señores, parece que son como lo que el cuerpo expulsa, o sea, no “cogen cabeza”.

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