El proceso de comunicación involucra varios elementos, ellos son: el emisor, fuente, transmisor o codificador del mensaje, el receptor, destinatario o el decodificador del mensaje que el emisor le ha enviado, el código en que se comunican ambos actores del proceso, el mensaje, el contexto social o realidad en que se produce el acto de comunicación y la intencionalidad del acto comunicacional.
Desde la época de Aristóteles los estudios de la comunicación se centraron en el emisor y su influencia en el receptor del mensaje, mirándolo como un ente pasivo en el proceso, que solo recibe mensajes, que es influenciable, al que le inyecta informaciones para ser persuadido.
El progresivo avance de las investigaciones de la comunicación llevaron a entender que receptor podía reaccionar/responder al mensaje enviado por el emisor, produciéndose un feed-back comunicacional. Esto contribuyo a pasar de los modelos lineales, unidireccionales, verticales a los circulares, una mayor flexibilidad para el destinatario del mensaje.
Pero aun así, el receptor no tenía tanto poder como el emisor. Este último seguía siendo el rey del proceso comunicacional. Con la llegada del Internet como nuevo medio de comunicación, ha cambiado el ejercicio de la comunicación social y humana a favor del receptor.
Ahora hablamos del poderoso receptor / perceptor del mensaje en la Sociedad del Conocimientos y de la Posmodernidad. En la actualidad a través de la comunicación digital, cibernética el receptor del mensaje tiene la misma posibilidad de emitir mensajes y reaccionar de manera inmediata ante los mensajes que le llegan.
La inmediatez y la horizontalidad del Internet le permite apoderarse del proceso comunicacional. Esa respuesta, y opinión inmediata del receptor por medio del chat del móvil en cualquier parte del mundo ha roto los esquemas tradiciones de entender la comunicación y los roles del emisor y del perceptor del mensaje.
La democratización global de la comunicación por medio de sus distintas plataformas de comunicación permite el acceso del público, ya no solo, un selecto grupo como antes. Todos tenemos acceso a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información y hacemos usos de ellas de manera conveniente.
El público o la audiencia de los medios de comunicación de masas o colectivas, ya no solo son receptores de mensajes, sino poderosos emisores y receptores de mensajes a la vez y de manera inmediata y horizontal.
Ahora se habla del periodismo ciudadano, más bien es la gran posibilidad que tiene el ciudadano, los ciudadanos de expresarse libremente y de recibir, igualmente informaciones de su interés.
Todos estamos comunicados globalmente, emisor y receptor, ya no existe el privilegio del emisor sobre el receptor. Todos podemos acceder a las más diversas fuentes informativas y técnicos- científicas.
Todo dependerá de los niveles educativos, culturales y de inteligencia emocional con que abordemos los problemas y el uso que le demos a las informaciones y opiniones y reacciones que emitamos en el ciberespacio.
Lo que si podemos afirmar es que las cosas han cambiado, pues hoy de lo que debemos hablar es del cambio del rol del público, de la audiencia o de los ciudadanos que son los receptores de los mensajes de los medios de comunicación de masas, y que pasaron a ser emisores y receptores a la vez, muy activo y dinámico, hasta el punto de incidir determinantemente en los procesos políticos, sociales.
Los nuevos medios de comunicación, las páginas webs, los sitios web, los portales digitales públicos y privados, los blogs, las poderosas redes sociales (Facebook, Twitter, YouTube, Instagram entre otras) juegan un papel fundamental en la comunicación electrónica hoy día. Somos emisores y receptores a la vez del mensaje. Por eso somos el poderoso emisor y receptor del mensaje en la era digital. Enhorabuena.