El poeta y su reflexión sobre una sociedad amenazada por falsos modelos

El poeta y su reflexión sobre una sociedad amenazada por falsos modelos

El discurso que el poeta y escritor José Mármol pronunció para agradecer su investidura como profesor honorario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo es una pieza literaria que cautiva por su belleza, pero que no se queda en el deleite estético, porque invita a una profunda reflexión sobre los males que afectan la sociedad dominicana.

Imbuido por el valor intrínseco de la verdad que aprendió en las aulas y comprometido en la defensa de la ética, el patriotismo y de la solidaridad como sustancia de cohesión social, Mármol nos advierte de la amenaza que se cierne sobre la familia dominicana ante el influjo de la disolución y la mentira, por las acciones impunes de antisociales de toda laya, afincados en “el poder del dinero sucio y una industria mediática vacía de principios”.

Hechos y situaciones indignantes que a diario se observan en diferentes ámbitos son un claro reflejo de este peligro. De ahí que el juicio y la advertencia aneja del poeta sean muy oportunos y en nada exagerados, porque son fruto de su certera visión y de su sensibilidad para llamar a la conciencia ciudadana y no dejarnos doblegar por la incertidumbre, el desaliento y la decepción. Frente a un nutrido auditorio que le apoyó en este nuevo reconocimiento a su exitosa trayectoria intelectual, Mármol aprovechó su alocución en la Biblioteca Pedro Mir para advertir que en los  últimos años “nuestra sociedad ha pasado, en su progresivo deterioro, del estremecimiento al espanto, afectando con ello la conciencia y el lenguaje”.

En efecto y tal como prosiguió en su planteamiento, mientras los asistentes le seguían con atención, “palabras o conceptos como ética e integridad significan, en los estamentos político e institucional, todo lo contrario a lo que parecía lingüística, social y culturalmente aceptado o establecido”. En un laudatorio interés de evitar que la gente se inmovilice y quede arropada frente al avance de la degradación, Mármol continuó con su instancia en favor de una moralidad firme y valiente, al afirmar que “lo desconcertante y vergonzoso han devenido rutina, pan nuestro de cada día”, a la vez que invitaba a detener ahora esa tendencia, so pena de hundirnos para siempre.

Con modestia y humildad, a pesar de los lauros alcanzados por su obra poética y de escritor, que considera aún en ciernes, además de humanista sólo por espiritual convicción, y en nombre propio y de su esposa Soraya y de sus hijos Yasser y Alberto, expresó su satisfacción por el acto de investidura y su agradecimiento por el gesto de bondad de la UASD y sus autori-                                     dades académicas.

Como orgulloso bachiller matrícula 78-1324, egresado de la carrera de Filosofía, mención metodología de las ciencias sociales, Mármol afirmó que esa academia, cada vez más libre, más responsable y consciente, ha de seguir su lucha por formar mujeres y hombres nuevos, ética y moralmente dotados, nutridos de las fuentes del saber crítico, reflexivo, creativo.

Con sus palabras ha hecho un valioso aporte para fortalecer la lucha contra el deterioro moral y la defensa de la libertad, pero sin dejar de prevenirnos con esta severa sentencia: “No se puede ser auténticamente libre sin ser corajudamente responsable”.

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