El consumo del pepino en nuestro país es abundante, por lo que es importante dar a conocer a la población sus múltiples usos y beneficios para que aprendan a aprovecharlo ¡al máximo!

POR MIRFAK ROWLAND
Cuando una hortaliza tiene la virtud de servir de alimento, de remedio para enfermedades y como hidratante para la piel, se podría decir que es una hortaliza completa, ya que su uso y consumo es ilimitado y favorece a todas las áreas del cuerpo humano.

De color verde y con forma alargada e irregular, el pepino se constituye como un alimento con bajo aporte en calorías, debido a su reducido contenido en hidratos de carbono y a su elevado contenido en agua.

Según datos en la web, su aporte en fibra, potasio, fósforo, vitamina A, B, C y E lo convierten en una hortaliza con múltiples beneficios, ya que la vitamina A es esencial para los huesos, la visión y para el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

En cuanto a la vitamina E, también es indispensable para el buen funcionamiento del organismo, ya que interviene en la estabilidad de las células sanguíneas y en la fertilidad. Y la C tiene acción antioxidante, así como interviene en la formación de colágeno, glóbulos rojos, huesos y dientes. Además, favorece la absorción de hierro y aumenta la resistencia frente a las infecciones.

En nuestro país, los dominicanos suelen usar el pepino para preparar exquisitas ensaladas y para hacer jugos nutritivos y deliciosos. A nivel industrial, es utilizado para elaborar cremas hidratantes para el cutis y la piel, acondicionadores para el pelo y gel y jabones para el baño diario.

El pepino está asociado a la estación veraniega. Su temporada tradicional se extiende de junio a septiembre, si bien es fácil encontrarlo todo el año en el mercado.

Especialistas indican que de esta hortaliza existen tres variedades: pepino corto y pepinillo (“tipo español”). Son variedades de fruto pequeño (longitud máxima de 15 cm), de piel verde y rayada de amarillo o blanco. Se utilizan para consumo fresco o para encurtido, en este caso recolectándolos más pequeños. El pepino medio largo (“tipo francés”) similar a los producidos en Almería, España, y el pepino largo (“tipo holandés”) son variedades cuyos frutos superan los 25 cm de longitud.

El fósforo interviene en la formación de huesos y dientes, al igual que el magnesio. Éste último además se relaciona con el funcionamiento del intestino, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.

La sabiduría popular le atribuye propiedades benéficas para la salud en el tratamiento de la gota, la obesidad y enfermedades del corazón. También se señala como alivio de ojos cansados e inflamados; para la picadura de avispas y, especialmente, como mascarilla para la piel.

Origen

El origen del pepino se sitúa en las regiones tropicales del sur de Asia. En India se viene realizando su cultivo desde hace más de 3.000 años. Su explotación como alimento llegó con el tiempo a Egipto y se convirtió en uno de los alimentos preferidos por los faraones. Con el paso de los años se hizo popular en Grecia y en Roma. Tanto griegos como romanos empleaban el pepino como hortaliza y con fines terapéuticos. Fueron éstos últimos quienes lo introdujeron en el resto de Europa y lo extendieron con posterioridad hasta China. En la actualidad, el pepino es una hortaliza muy cultivada en Europa y América del Norte y ocupa el cuarto puesto en la producción mundial de hortalizas, detrás del tomate, la col y la cebolla.

Consejos para su conservación

Un pepino está en su punto de alta calidad, cuando es uniformemente verde, firme pero se quiebra fácilmente. No permita que los pepinos se pongan amarillos.

Una vez pelado el pepino, la cantidad se reduce casi a cero. Así mismo, los pepinos con piel tienen un mayor contenido nutricional como fibra y vitamina A, que se puede perder al ser pelados.

Los pepinos se conservan en buen estado en el refrigerador, aproximadamente un par de semanas.

Un truco fácil es sumergir los pepinos en agua con sal. De esta forma se remueve un poco el contenido natural de agua. Los pepinos segregan agua y diluyen el aderezo de las ensaladas.

Nunca deben guardarse dentro de una bolsa de plástico, ya que así se acelera el proceso de maduración. También se mantienen frescos dentro de un recipiente de cristal con agua fría, introducidos verticalmente por el tallo.