Cuando nosotros nos iniciamos como columnista, hace más de treinta (30) años, lo hicimos con la finalidad de darles a conocer a muchos de los fanáticos todo lo relacionado con el juego deporte de las carreras de caballos, tales como la crianza, el uso de los aperos, los grandes hipódromos de todo el mundo, las grandes competencias clásicas, tanto nacionales como internacionales; en fin, tratar de educar a la gran familia hípica criolla.
Naturalmente, hay otros aspectos del acontecer diario de nuestro hipismo, que a nosotros no nos corresponde analizar, debido a que no somos periodista, sino articulista, o sea que a los periodistas les corresponde referirse al acontecer de todo lo que sucede en la vida diaria, y figurarla como noticia en sus respectivos medios.
Nuestro caso es muy diferente a los informadores que todos los días elaboran los casos y cosas que diariamente suceden en nuestro país y en el extranjero, para edificar a la población de todo lo que acontece en el mundo.
Lamentablemente, hay personas que están equivocadas, ya que nos preguntan el porqué nosotros no incluimos en nuestra columna cualquier desavenencia que surja entre algunos de los entes que inciden en la hípica, situación esta que solo le compete a la honorable Comisión Hípica Nacional, tal y como lo establece el Reglamento Hípico Vigente, No.352/99 como organismo oficial, como Tribunal de Alzada, a la que hay que someter cualquier desacuerdo relacionado con el hipismo.
Seguiremos produciendo nuestras entregas, con la finalidad de enterar a los amigos lectores, que tienen la gentileza de leer nuestros trabajos –cosa que les agradecemos- pues cada vez que nos hacen referencia sobre cualquier tema que nosotros figuramos.