El presidente Fernández viajó recientemente a las Naciones Unidas a expresar con sus propias palabras, porqué la República Dominicana bajo su mandato de seis años consecutivos, no puede cumplir con las metas del milenio que el país firmara para construir un mundo más seguro, más próspero y más equitativo.

Dentro de las causas que señaló por incumplir el compromiso asumido, mencionó la crisis bancaria del 2003 como diciendo que esa crisis no tuvo que ver con su gobierno. Además dijo que también tuvo que ver el alza del petróleo a nivel mundial y finalmente la crisis financiera global, a pesar de él reiterar en múltiples ocasiones que la República Dominicana tenía una economía blindada.

En conclusión, de acuerdo a las palabras expresadas por el presidente Fernández, las causas por la cual el país no va a cumplir con los objetivos del milenio han sido causas ajenas a su mandato, y se contradice en declaraciones a la prensa newyorkina diciendo que su gobierno está haciendo “una revolución en la educación” y “asentando las bases firmes para el desarrollo”, frases cohetes que utiliza como experto en comunicación y piensa que con estas declaraciones podrá seguir engatusando a las mayorías, desgraciadamente pobres y sin educación.

Lo que el presidente Fernández no dijo en la Cumbre del Milenio fue que durante la campaña electoral del 2004 en la que todos los partidos políticos incluyendo el PLD distribuyeron su programa del gobierno qué harían de ganar las elecciones y en ningún párrafo decía nada sobre el Metro que construyó a un coste de veinte y dos mil millones de pesos. Tampoco habló de ese tema en los consecutivos discursos y presentaciones por radio, televisión y prensa escrita. Este Metro tampoco fue informado a la población después de ganadas las elecciones, sino al momento de la toma de posesión como un hecho cumplido en el momento del más alto flujo victorioso.

La construcción de esta obra fue tan misteriosa, que un prestigioso comunicador hubo de someter a la justicia al responsable de la obra por la negación de enseñar los planos y los estudios de factibilidad previa que debe existir en toda obra, que al parecer fueron inexistentes.

Tampoco dijo que de una inversión en salud del 2% del PIB que recibió en el 2000, la ha ido disminuyendo al 1.3% al día de hoy y tenemos que concluir que todo ese monto fue destinado al Metro y otras de sus no programadas prioridades.

También calló ex profeso que ha aumentado exageradamente la nómina pública y ha creado nominillas al margen de las leyes entre otras.

Y tampoco dijo nada de las declaraciones al país de recortar gastos programados para desviarlos a una segunda etapa del afortunado Metro en los momentos actuales.

El presidente Fernández por sus acciones no cree en el desarrollo humano y por lo tanto en el desarrollo.

Por dirigir el gobierno de esta manera, es que en los últimos cinco años la mortalidad infantil se ha mantenido igual con 32/mil nacidos vivos, cuando nos habíamos comprometido a bajarla a 16/mil nacidos vivos, mientras Costa Rica la ha disminuido a 8.2/mil nacidos vivos con la misma crisis financiera global y con igual alza de los precios del petróleo.

Asimismo, la mortalidad materna se encuentra en 159/100,000 nacidos vivos cuando la meta es de 45/100,000 nacidos vivos, una de la más alta de Latinoamérica.

Qué diferencia entre Peña Gómez que decía “primero la gente”, mientras Fernández dice primero el Metro. Promete pero no cumple.

 Y Juan Luis  canta, “tira la palanca y endereza que la guagua va en reversa.