El PRD

El PRD

Que el Partido Revolucionario Dominicano llegó al país el 5 de julio de 1961 es sabido por todos; lo que no se debe ignorar es el significado del arribo de Ángel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón Castillo.

En medio de la larga y sangrienta noche de la tiranía, con la mordaza colocada por la fuerza y el abuso, se vio dentro del túnel, que llegábamos al final puesto que se veía la luz y nos permitió ver que más allá había vida y que esa vida era diferente a la que habíamos vivido.

De pronto, sobre el espinazo de la cordillera Central, se sacudió el país e inició el camino hacia vencer el miedo  que se siente en los huesos y paraliza los sentidos.

Las adormecidas ansias de libertad sacudieron la modorra impuesta por la maldad, el vicio, la traición, la deslealtad, el uso arbitrario e ilegal del poder y el pueblo se dio cuenta de algo tan grande y aparentemente tan simple como que se puede. Sencillamente, se puede.

Querer es poder y el pueblo dominicano quería. ¿Qué quería? Quería y quiere tener un lugar bajo el sol donde se viva decentemente.

El despertar político impulsado por el Partido Revolucionario Dominicano restableció la confianza de la gente en la gente.

De pronto descubrimos las coincidencias que teníamos con tanta gente de nuestro entorno, fue desvelar a todo el mundo en todos los lugares.

Ahí nos hallamos los que queríamos la libertad y la democracia y se aislaron los timoratos y los comprometidos con los abusos, ilegalidades y crímenes cometidos por sectores de la tiranía.

El campo fue abierto por las ideas y la consiguiente acción del pueblo que salió primero tímidamente, como cuando un niño da sus primeros pasos, hasta que la gente inspirada por la apertura iniciada por el PRD,  se irguió reclamó y gritó: ¡libertad, democracia¡

La valiente acción y el mensaje del PRD se regaron por toda la geografía nacional con la velocidad de la luz del jacho prendío que trajo el partido acompañado de un mensaje de paz, entendimiento y respeto a los derechos de todos.

A los 50 años de la llegada de aquellos tres arrojados y valientes compañeros, el partido cumple con los ideales de sus fundadores: trabajar incesantemente por la libertad, por la democracia y por la justicia social. Los propósitos son los mismos.

Somos quienes abrimos la brecha contra la imposición y caminamos el país con un mensaje de esperanza que reivindicamos como nuestra principal bandera de ayer y de hoy: crear un mejor país, pero para todos.

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