El PRD arriesga su faja mañana

El PRD arriesga su faja mañana

POR JUAN BOLÍVAR DÍAZ
El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) arriesga su faja histórica con la convención eleccionaria que tiene programada para mañana domingo, de cuyos resultados en gran medida dependerá que pueda presentar una imagen de renovación que le permita iniciar un proceso de recuperación.

Esta como todas las convenciones perredeistas no será nada fácil, dada su propensión a las luchas intestinas y porque tienen que elegir varios miles de dirigentes entre por lo menos 50 mil candidatos, de los cuales 8 mil 955 candidatos son uninominales y unos 42 mil plurinominales.

La votación, precedida de una reforma estatutaria y de un intenso proceso organizativo, pasará su primera prueba con el padrón de electores y una segunda con un complejo sistema de cómputo descentralizado que dará cuenta de los resultados de las mil quince boletas que recogen todas las candidaturas.

RENOVARSE O DECAER

No sólo quienes ven al PRD desde las barreras, sino también sus propios dirigentes parecen conscientes que este proceso convencional podría acelerar su decadencia o iniciar su renovación, dependiendo de quienes resulten electos y del orden y la disciplina democrática con que concluya el proceso.

Tan pronto pasaron las elecciones presidenciales, en las que el PRD cayó a un tercio del voto nacional, incluido el 3 por ciento de sus aliados políticos, sus principales dirigentes se dieron cuenta de que tenían que iniciar un proceso de renovación, que incluyera la elección de sus dirigentes a nivel nacional, algo que no ocurre desde hace una docena de años.

La doctora Milagros Ortiz Bosch, lo previó desde la campaña electoral y condicionó su tímida participación en la campaña reeleccionista que rechazaba a que la designaran presidenta de la comisión organizadora de esta vigésimo segunda convención ordinaria del partido blanco.

La exvicepresidenta, probablemente la mujer de más años de vigencia en la política nacional, está consciente de que se las juega todas en este proceso, al cual ha dedicado todas sus energías en los últimos 9 meses.

Lo primero fue una serie de seminarios regionales con invitados internacionales, para evaluar las causas de la derrota electoral del 2004 y los caminos para la recuperación. Luego vino una consulta nacional en octubre para fundamentar la necesidad de reafirmar viejos principios programáticos, y en noviembre se aprobó una reforma estatutaria que, entre otros aspectos, instituye el voto universal y secreto para elegir sus dirigentes.

Esta convención ordinaria fue planificada en principio para marzo, luego abril y el último aplazamiento fue la semana pasada, en aras de concluir un nuevo padrón de electores que ofrezca garantía de transparencia a todos los sectores.

El padrón, en principio de un millón 143 mil miembros, se había elevado esta semana a un millón 177 mil, después del proceso de revisión a que fue sometido, y el ingeniero José Delio Ares, director de cómputos, advirtió que quedaría en alrededor de un millón 200 mil.

En un esfuerzo de descentralización, el padrón perredeísta está dividido en 149 jurisdicciones municipales, cada una de las cuales ha tenido su centro de cómputos y ha sido responsabilizada de su confección y posterior verificación, con participación de todos los interesados. Ares asegura que los problemas encontrados en la verificación han sido nimios, que fueron resueltos y todos han quedado satisfechos.

COMPLICADA LOGÍSTICA

La logística para esta convención eleccionaria es complicada. Operarán 3,500 centros de votación que estarán regidos por 17 mil funcionarios, con 1,014 boletas diferentes con candidaturas provinciales, municipales y zonales, además de una nacional, en la que se elegirán individualmente el presidente, secretario general, y secretario de Organización, además de 21 vicepresidentes e igual número de subsecretarios generales. También votarán en las seccionales del exterior, por lo menos las de Estados Unidos, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y Canadá. El horario nacional de votación será de 7 de la mañana a 6 de la tarde.

Uno de los mayores riesgos del proceso estará en el cómputo de los resultados, que se hará por municipio. Habrá un acta expresa del nivel A de votación, que adelantará el resultado de las candidaturas nacionales. Pese a su optimismo, el ingeniero Ares reconoce que será difícil dar un resultado nacional final antes de dos días. Los dirigentes provinciales, municipales y zonales serán proclamados en los 149 centros de cómputos. Y aquí la velocidad dependerá del tamaño y la armonía local.

El número de candidatos complica aún más el proceso. Se han validado más de 50 mil, incluyendo 8,955 a los cargos de elección uninominal en todo el país (presidentes, secretarios generales, secretario de organización, vicepresidentes y subsecretarios), más 42 mil que son los demás cargos dirigenciales a ser electos por planchas plurinominales locales.

A nivel nacional compiten para la presidencia 5 candidatos, 8 para la secretaría general y 5 a la de organización. Para las 21 vicepresidencias han quedado alrededor de 100 aspirantes, y 77 para las subsecretarías. En total 195 compiten por los 45 puestos directivos uninominales de nivel nacional. El grueso de los cargos que completan los órganos directivos, como por ejemplo secretarios de prensa o de actas, serán electos por planchas plurinominales.

La competencia para la presidencia del PRD parece centrada en Virgilio Bello Rosa, Ramón Alburquerque y Enmanuel Esquea. Aunque mantienen su postulación Rafael Abinader y Eugenio Taveras. Para la secretaría general se centra en Orlando Jorge Mera, Guido Mazara, Rafael Díaz Filpo y Amaury Justo Duarte. Participan también Alejandro Abréu, Almanzor González, Miguel Severino y Aníbal Belliard.

SER O NO SER DEMÓCRATA

Milagros Ortiz Bosch, como la mayoría de los candidatos a la presidencia del PRD, ha expresado su convicción de que el partido blanco se juega su faja histórica en esta convención, que está obligado a dar un ejemplo de orden, disciplina y arraigo, actuando con transparencia y acatando los resultados.

Es cuestión de ser o no ser demócrata, de decirle al país que somos una organización democrática, reflexionaba recientemente la doctora Ortiz Bosch, quien esta semana advirtió que sancionarían, hasta con la expulsión, a cualquiera que intente hacer trampa, obstruir el proceso de votación o cómputo o desconocer sus resultados.

Con un entusiasmo contagiante, ella como el director de cómputos Ares, está convencida de que pese a la complicada logística para una elección tan múltiple, la convención será exitosa, poniendo énfasis en la descentralización de su organización.

Al concluir el proceso el PRD habrá gastado unos 27 millones de pesos, de los cuales unos 5 millones quedan en equipos, particularmente para el padrón y procesamiento en las 149 jurisdicciones municipales, revela la doctora Ortiz Bosch.

Hasta entre los mismos dirigentes del PRD hay sorpresa de que casi un millón 200 mil ciudadanos y ciudadanas se reinscribieran a nivel nacional, representando más del 95 por ciento del millón 215 mil 928 votos que obtuvo en los comicios del año pasado. En principio muchos creían que no pasarían de 700 a 800 mil.

El desafío es ahora cuántos acudirán a votar mañana domingo. Una votación muy baja pondría en cuestionamiento la sinceridad de esas reinscripciones. Un porcentaje alto alentaría el alicaído espíritu de lucha del perredeísmo. Más del 50 por ciento, que es el porcentaje que vota en los comicios congresionales y municipales, debería considerarse bastante aceptable. Por lo menos 6 de cada 10 que han reafirmado su militancia deberían votar para que se considere la jornada como exitosa.

Una votación masiva revestiría de mayor legitimidad a los dirigentes nacionales a ser electos, lo que ahora luce fundamental para la recuperación de un partido populista, acostumbrado a la garata pública y a la elasticidad disciplinaria.

OBSERVADORES ATENTOS

Esta convención del PRD no ha despertado tanto interés como algunas anteriores, especialmente cuando se trataba de escoger candidatos presidenciales, pero de todas formas concita la atención nacional al creerse que será importante para el futuro de una organización que luce en decadencia por primera vez en su historia de más de 6 décadas y sin un liderazgo unificador y místico, como tuvo siempre en el profesor Juan Bosch o el doctor José Francisco Peña Gómez.

El PRD carga el pesado lastre de haber sido echado del poder el año pasado, tras una errática gestión gubernamental, durante la cual se degradó el nivel de vida de las mayorías, que ha dejado una estela de denuncias de corrupción, que renegó de principios programáticos, rompió con aliados políticos y sociales tradicionales y escindió profundamente la organización.

Entre quienes estarán observando atentamente el desenvolvimiento de la convención de mañana domingo y el proceso de cómputos estarán los integrantes del nuevo partido que encabeza Hatuey de Camps, quien fuera el principal confrontador de las actuaciones del presidente Hipólito Mejía y su grupo. Un desorden convencional o confrontaciones por sus resultados alentarán las expectativas del Partido Revolucionario Social Demócrata de crecer a expensas del PRD.

El partido blanco ha sido pionero de los procesos democráticos desde su llegada al país en 1961 y particularmente en los sistemas de elección por voto universal, pero casi todas sus convenciones, desde la primera en 1962, han estado revestidas de confrontaciones y desgarramientos internos.

Las divisiones le afectaron también en sus primeros 22 años en el exilio, cuando se le desprendieron varios de sus fundadores, como Juan Isidro Jiménez Grullón y Enrique Cotubanamá. De los tres primeros dirigentes que vinieron a instalar el partido en el país tras la muerte de Trujillo, Nicolás Silfa y Ramón Castillo, lo abandonaron antes del año y el tercero, Angel Miolán estaba casi fuera a los dos años, cuando se produjo el golpe de estado del 25 de septiembre de 1963, que liquidó el primer gobierno perredeista.-

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