El miércoles 31 del pasado mes, este mismo diario trajo en la página 4A una noticia a seis columnas acerca del acto de lanzamiento de una “campaña” de sensibilización para la realización de un estudio socio-económico, en que tocarían las puertas de más de un millón 800 mil hogares en todo el país. El acto estuvo encabezado por el vicepresidente Alburquerque y dijo que esa actividad se hará durante los meses de septiembre a noviembre del presente año.

Alburquerque explicó que además de tocar las puertas a esa gran cantidad de hogares, requerirán de ellos nombres y apellidos y aunque la noticia no lo dijo, y lo escribo yo, para conocer de nombres y apellidos exigirán las cédulas de identidad personal y electoral.

Finalmente explicó que el trabajo lo llevarán a cabo para beneficiar a una gran cantidad de personas con los programas de Solidaridad y los beneficios de Comer es Primero, el incentivo del Bono Gas, el Seguro Nacional de Salud y el Programa Nacional de Envejecientes.

Toda esta campaña tendrá una inversión de 300 millones de pesos proveniente de un préstamo del Banco Mundial, que tendremos que pagar todos los que vivimos en este país.

Después de leer la iniciativa, me pregunto ¿Quién en su sano juicio se opondría a ofrecer estos beneficios a los pobres de este o cualquier país del mundo, sobretodo hasta que se desarrollen oportunidades de trabajo? Sin lugar a dudas nadie. Sin embargo, si analizamos esta actividad en el verdadero contexto del momento, tendremos que concluir que con un gobierno que ha estado gobernando el país por más de siete años consecutivos y a ocho meses y 15 días de celebrarse las elecciones nacionales, esas ofertas pudieran ser engañosas.

 Hasta el momento, el candidato del gobierno peledeísta no suscita las simpatías de las grandes mayorías y las encuestas han definido una gran ventaja a Hipólito Mejía. Si entendemos esto como la verdadera realidad, concluiremos que los analistas políticos gubernamentales han comenzado a diseñar modalidades diferentes para ver cómo se quedan gobernando y probablemente estas ofertas sean programadas únicamente con tal finalidad.

El PLD y sus dirigentes, hoy funcionarios del gobierno,  han dado muestras en más de una ocasión en períodos electorales que utilizan los recursos del Estado en proselitismo político para quedarse con el gobierno sin importar a qué costo. Por lo tanto, en esta ocasión, este anuncio que parece ser generoso con los dominicanos más necesitados, podría ser otra artimaña y no ser más que una modalidad de fraude encubierto, al solicitarles las cédulas a todas estas personas y ofertarles que de votar por el PLD recibirán todas esas promesas y quedarse en solo promesas para ganar las elecciones.

 ¿Cómo van a ampliar la base de beneficiarios a la asistencia social en un momento de grave crisis económica con un enorme déficit fiscal?

De ahí que los perredeístas a partir de ahora debemos mantenernos como dice el refrán “como la guinea tuerta” que debe mantener el ojo abierto todo el tiempo para que no nos madruguen antes de salir el sol.

Ojalá que en este país se acaben, de una vez y por todas, los fraudes, la compra de conciencia por la propia pobreza a que tienen siempre sometido los gobiernos del PLD  a las grandes mayorías, y que en las campañas políticas como la actual, se discutan las ideas y no seguir engañando al pueblo con falsas promesas como nos tienen acostumbrados los del PLD.