El PRD como partido de masas

El PRD como partido de masas

El PRD es un partido de masas policlasista. Una organización donde confluyen personas de  diferentes  capas sociales con determinados  objetivos comunes, pero con intereses diferentes. Por esta razón, siempre deberá tenerse en cuenta su composición social a fin de que sus integrantes sean  armonizados por su dirección central.

El hecho de que el partido sea policlasista no implica que la organización carezca de una raíz esencialmente popular. Por lo mismo, bajo ningún concepto se puede alejar de sus principios fundamentales: la democracia como sistema político y la búsqueda del   bienestar colectivo, haciendo énfasis en la protección y desarrollo de los sectores más débiles de la población  que son los mayoritarios.

Los dos objetivos prioritarios  del partido, y los que le dan razón de existencia,  son la conquista del poder, a través de los mecanismos democrático electorales, para gobernar el país con el mejor programa de desarrollo y ofrecer las oportunidades de superación de manera equitativa al pueblo dominicano. Para  lograr estos objetivos, debe  emplear personas, de los diferentes sectores sociales, con  capacidad, honradez y apego a sus principios fundamentales.

 Por esto último,  tiene que ocuparse de capacitar, educar,  entrenar y desarrollar  a su militancia en  conocimientos políticos, culturales y técnicos a fin de que pueda llevar a cabo las metas trazadas.

Otro objetivo importante, es alcanzar la mayoría de las representaciones provinciales en las Cámaras Legislativas, en el Senado y en la  de Diputados, promoviendo y apoyando las y los mejores  dirigentes locales para que puedan alcanzar estas  posiciones electivas.

Igualmente, y no menos importante  que las posiciones anteriores, ganar  la mayoría  de las representaciones en los gobiernos locales, o sea,    regidores  y alcaldes. Desde luego,   promoviendo y apoyando, siempre, a los dirigentes locales que hayan ganado en libre competencia estas  posiciones electivas.

Como partido de oposición  debe poner en funcionamiento y a toda   capacidad sus diferentes organismos, a fin de  que éstos orienten a la población sobre asuntos de carácter político, salud, económico.  Igualmente, para que demanden, cada vez que sea necesario, al gobierno satisfacer    las necesidades más perentorias de la población.

 El país necesita un instrumento político como ése. La democracia lo demanda. En consecuencia, no es posible que la soberbia haya primado sobre la razón  en el PRD. No es posible que un partido que quiera llegar a gobernar con su doctrina socialdemócrata para favorecer las grandes mayorías nacionales sea tragado por las contradicciones internas. No es concebible este instrumento de poder que debe ser el contrapeso opositor al gobierno, camine rumbo al precipicio de manera consciente. No entendemos, bajo ningún criterio, cómo su presidente y colaboradores se empecinan en negarse a negociar una salida en que el partido gane y que el pueblo salve su instrumento histórico de lucha. Pero lo que se hace más inconcebible es el empecinamiento en mantener las sanciones al Presidente en Funciones, el Secretario General, la Secretaria de Organización y el carismático Hipólito Mejía.

 Los perredeístas entendemos que lo  más conveniente es zanjar las diferencias, fijar la fecha de la convención y elegir de manera diáfana y equitativa las personalidades  que deben organizar la convención.

Para esto debe  invitarse a colegas de partidos amigos de otros países, sobre todo de la Internacional Socialista, a observar los trabajos de organización de la convención y ser observadores durante la misma.

 Así, se podrá poner fin a la paralización del partido e iniciar inmediatamente las actividades de proselitismo político ya que las aspiraciones a dirigir la organización, en los diferentes estamentos y regiones del país y de ultramar, se activarán buscando  el apoyo a las diferentes aspiraciones.

  Es hora ya de darle un giro positivo al partido poniendo en funcionamiento los diferentes organismos para realizar el trabajo que la nación dominicana demanda.

 Que este año sea la renovación de los ideales que el PRD necesita para volver a ser la esperanza del pueblo dominicano. El tiempo apremia y no se puede olvidar que la política se mide por resultados. Cualquier yerro puede liquidar el partido. Y esto sería imperdonable.

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