El PRD: ¿Cuatro años
más en prángana?

El PRD: ¿Cuatro años <BR>más en prángana?

La furiosa y destemplada reacción del candidato perredeísta perdedor de las elecciones internas del PRD, para elegir el candidato presidencial el pasado 6 de marzo, su posterior y prolongado pataleo que buscaba negociar la entrega de la mitad de un eventual gobierno perredeísta, de acuerdo a los resultados de las elecciones de mayo del 2012, abre las ventanas a que el partido de nuevo continúe en prángana.

Indudablemente el PRD dio muestras de gran civismo al organizar un ejemplar evento interno. El entusiasmo y la masiva asistencia de la masa silente a votar, no solo fue por el apoyo a algunos de los dos candidatos, sino ratificar su enconado enojo con sus autoridades peledeístas, con directrices, acciones y regaños que enerva a la ciudadanía.

La ciudadanía tiene muchas razones para sentirse agobiada por un gobierno que no pone atención a las demandas. Es que prefiere dedicarse a fondo a sus maniobras políticas, que significan cuantiosas erogaciones de fondos para alimentar una hipertrofiada empleomanía, en que la avalancha de los nombramientos borra las intenciones de austeridad expresadas el pasado día 17.

El pasado día 6 fue una oportunidad, que al existir un padrón, semi abierto, permitió a la ciudadanía expresar una protesta en contra del gobierno, apoyando a uno de los candidatos del PRD en su contienda interna. Ahí se vislumbró un posible cambio, siempre y cuando los dirigentes perredeístas reflexionen y la cordura vuelva a sus actuaciones, ya que si persisten en su tozudez de protestar por la derrota, se les asegurará que continuarán en la hoya y la prángana los irá arropando.

Después de cerradas las votaciones internas del PRD del pasado día 6, reconociéndose de inmediato la limpieza del certamen con una admirable organización por parte de la comisión organizadora, que fue reconocida hasta por la Junta Central Electoral, el pataleo no se hizo esperar cuando el candidato perdedor, asesorado pésimamente, desconoció los resultados, alegando la participación de los votos de los otros partidos.

La airada reacción, típica de los políticos perdedores, sorprendió a toda la opinión pública, consciente de la pulcritud del evento, ya que se estaba acostumbrado a las desorganizaciones y desórdenes perredeístas de eventos anteriores.

La reacción del candidato perdedor generó en el país un disgusto generalizado hacia los dirigentes del PRD que no han asimilado su gran oportunidad. Sus rencillas internas amenazan que la prángana continuará por otros cuatro años.

Por esas disputas, la población no tiene seguridades que el PRD garantice el desarrollo desde el gobierno, con orden y disciplina, para no caer en lo que ya ocurrió en el período del 2000 al 2004. El candidato perdedor no concibió que fuera derrotado por un político desahuciado y señalado como un pésimo gobernante, que hace menos de un año no tenía ninguna credibilidad.

Sin embargo, los pueblos son veleidosos. Frente a inversiones superiores a los mil millones de pesos del candidato perdedor, el ganador, con una inversión de unos 70 millones de pesos, le arrebató una candidatura para la cual se habían forjado muchas ilusiones de cómo repartirse el botín del poder. También en las filas del candidato ganador ya hay funestos personajes de su anterior administración rondando en su entorno, en que sus actuaciones truculentas están muy vivas en el recuerdo de la ciudadanía.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas