La figura constitucional del Juicio Político, para juzgar y sancionar a los funcionarios electos que cometen faltas graves en el desempeño de sus atribuciones, debiera ser ampliada al ámbito de las corporaciones de derecho público y los partidos políticos, sin desbordar el marco de esas instituciones. Los dirigentes de los partidos políticos y los colegios profesionales con frecuencia incurren en faltas graves, en violación de sus postulados y normas estatutarias, comprometiendo o dañando su imagen y crédito público, sus finanzas, los compromisos programáticos y los intereses colectivos de la matrícula de afiliados de esas entidades.

En el caso del PRD, que como decano de la democracia dominicana es el partido que ha marcado las pautas en la construcción de la institucionalidad y el desarrollo del actual sistema de partidos, se precisa establecer un mecanismo para enjuiciar y sancionar a quienes cometen todo tipo de tropelías y desmanes contra sus principios, normas e intereses públicos, ya sea para beneficio propio, de grupos o de adversarios del partido.

Como es archiconocido, el actual sistema disciplinario no ha operado ni ha servido para construir un paradigma de ética, de respeto institucional y programático. Por el contrario, en el PRD opera un sistema de complicidades que lo hace incapaz de ajustar cuentas, interna y públicamente, contra gentes que como Reynaldo Rincón y otros, le hacen daños, violentado su institucionalidad en unos casos y sirviendo los planes del adversario, en otros casos. Naturalmente, para que el PRD pueda instituir y poner en práctica el juicio político como mecanismo controlador y sancionador, deberá incorporarlo a sus normativas, aprobando un reglamento que entre otras modalidades instituya que cualquier organismo pueda formular la acusación contra el dirigente en falta.  Además, establecer una escala de sanciones que contemplen entre otras la inhabilitación para ostentar candidatura del partido por uno o más periodo, sin menoscabo de las sanciones y prohibiciones que se puedan imponer a lo interno del partido. Precisamente esta propuesta, entre otras muchas que entran dentro del proceso de adecuación del partido, son de las cuestiones que tendrá que abordar el Congreso del PRD que viene proponiendo la Mesa de Discusión y Propuestas, foro activo del perredeísmo, comprometido con el socialismo democrático y la renovación del perredeísmo conforme a los nuevos tiempos.