El PRD y la reelección

El PRD y la reelección

JESUS DE LA ROSA
El presidente Hipólito Mejía pudo haber aprovechado la ocasión del ataque terrorista del 11 de septiembre a las torres gemelas del World Trade Center; la subida del precio del petróleo en los mercados internacionales; y la crisis generada por la quiebra de entidades bancarias para renunciar a la idea de postularse de nuevo a la Presidencia de la República; también, para despedir a casi todos sus funcionarios del área económica e integrar nuevas caras a su gabinete.

Si el presidente Mejía así lo hubiese hecho, los dominicanos no estuviésemos pasando las calamidades que hoy estamos pasando; habríamos tenido tiempo de discutir y poner en práctica una reforma tributaria consensuada; y nuestra economía no hubiese estado tan maltrecha como lo está hoy.

Pero, lamentablemente, el presidente Mejía hizo todo lo contrario a lo que debió hacer: mantuvo en sus puestos a funcionarios ineptos; aumentó la deuda externa y los gastos del gobierno; violentó el acuerdo a que había llegado con el Fondo Monetario Internacional; y, para el colmo de sus despropósitos, el mandatario envió tropas del Ejército Nacional a participar en la aventura guerrera de Irak.

Todas esas descabelladas acciones del presidente Hipólito Mejía estuvieron encaminadas a lograr su propósito de mantenerse en el poder por 4 años más.

El presidente Mejía arruinó su carrera política; dividió el PRD y, de paso, estropeó el liderazgo emergente de esa organización.

Rafael Suberví Bonilla, Milagros Ortiz Bosch, Rafael Abinader ni ningún otro de los capitanes pepeachistas derrotados tienen las capacidades ni las condiciones necesarias para relanzar el PRD; ni, mucho menos, para insuflarle a esa otrora gloriosa organización política una nueva mística y una nueva visión acorde con los nuevos tiempos.

Todos los del PPH perdieron la visión de su papel de dirigentes para disfrutar de la pasajera oportunidad de sumarse al proyecto reelecionista repudiado por la mayoría de los dominicanos en los comicios del pasado 16 de mayo.

Pero los del PPH todavía no están concientes del daño que les ocasionaron al país, al PRD y al sistema de partidos políticos. Por ello, actúan como si nada hubiese ocurrido. Hablan de expulsiones; de organizar una nueva convención; de renovar la dirigencia del PRD, y hasta apuestan al fracaso del nuevo gobierno.

El gobierno del presidente Mejía asumió el compromiso con el Fondo Monetario Internacional de implementar, a partir de marzo próximo pasado, una reforma fiscal y monetaria como primer paso para conjurar la grave crisis económica engendrada no sólo por el comportamiento adverso de factores externos; también, por los errores y desaciertos cometidos por mandatario y por sus funcionarios.

Somos de opinión de que nunca tubo en mente del presidente Mejía el cumplir con los acuerdos que contrajo con el Fondo Monetario hasta tanto no asegurase su permanencia en el poder por 4 años más.

Algunos jóvenes economistas del entorno del presidente Mejía llegaron a pensar que el mandatario iba a cumplir con los acuerdos que contrajo con el FMI y que los beneficios derivados de ese cumplimiento operarían a favor de la reelección del mandatario. Se trataba de profesionales inexpertos; de recién egresados de las aulas universitarias; de gentes de muchas lecturas pero de poco años de ejercicio profesional.

Son muy elementales los conocimientos que tienen este redactor en materia de macroeconomía; pero, no hay que ser un experto en esa materia para saber que cuando las cuentas del Estado se encuentran en una situación deficitaria como sucede hoy, el gobierno tiene que proceder a disminuir sus gastos y a aumentar sus ingresos. ¿Cómo lo hace? Todo depende de la magnitud del déficit. Si de lo que se trata es de un desajuste de relativa poca monta, bastaría con el recorte de unos que otros gastos y con la implementación de unos que otros impuestos para corregir la distorsión. Pero, estamos frente a una situación deficitaria extremadamente grave. El déficit fiscal sumado al cuasi fiscal (déficit del Banco Central que de acuerdo con el artículo 82 de la Ley Monetaria y Financiera deberá ser cubierto por el Estado ) totalizan 67 mil millones de pesos, lo equivalente a más del 50% del Presupuesto Nacional y más del 8% del Producto Bruto Interno.

El presidente Hipólito Mejía sometió, el 15 de julio recién pasado, a la consideración del Congreso de la República para fines de aprobación un anteproyecto de ley de reforma fiscal y monetaria elaborado por técnicos del Partido de la Liberación Dominicana con lo que se pretende aumentar en 22 mil millones de pesos los ingresos del gobierno y en 7 mil millones en lo que resta del año. La propuesta del PLD conlleva, entre otras medidas, elevar el Impuesto a la Transferencia de Bienes Industrializados (ITEBIS) en 16%; un impuesto de un 15% al interés del ahorro; un impuesto selectivo a los pasajes aéreos y a los seguros; y gravar con un 20% el servicio de los profesionales independientes.

Las críticas al proyecto de reforma monetaria y fiscal presentado por los economistas del PLD no se hicieron esperar. En efecto, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) lo acaba de calificar como «un instrumento recaudatorio, que podría provocar una mayor recesión y dificultar el inicio de la necesaria recuperación económica» y, para el colmo, los del PPH anunciaron la organización de un seminario donde surgiría una propuesta de reforma fiscal de pura factura pepeachista.

¡Ay, Dios nos Salve!

El proyecto de reforma monetaria y fiscal ya está en manos de la Comisión de Finanzas de la Cámara de Diputados, es decir, ya está en ruta de su total politización. Y no se sabe cuántas semanas o cuántos meses se tomarán nuestros honorables legisladores en aprobarlo. Tampoco, que habrán de exigir esos honorables señores a cambio.

John Taylor, subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, en su última visita al país, refiriéndose al déficit cuasi fiscal, entre otras cosas, declaró lo siguiente: «una vez que ese problema sea enfrentado habrá un programa de ajuste con el Fondo que proveerá recursos que permitirán a República Dominicana volver sobre el camino de crecimiento «Y que sólo con la asistencia técnica y financiera de los organismos internacionales, sumada al trabajo creador y a la disposición al sacrificio de los dominicanos de buena voluntad, podrían resolverse la crisis que nos agobia. Así, y sólo así, podríamos colocarnos de nuevo en el camino de progreso y de bienestar.

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