El PRD y la reelección

El PRD y la reelección

El laureado columnista retuerce unos que otros conceptos y desdibuja la realidad de lo ocurrido en las elecciones del 16 de mayo próximo pasado cuando afirma que «un millón 200 mil perredeístas y simpatizantes votaron a favor de la reelección, del candidato Hipólito Mejía y de su partido». También, cuando expresa, evocando la Constitución de la República, «que la soberanía reside en el pueblo y el pueblo perredeísta, sin discusión, refrendó en masa a la reelección».

A pesar de que la Honorable Junta Central Electoral de mayoría pepeachista siempre le dio al agrónomo Hipólito Mejía el tratamiento de candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Dominicano, el actual mandatario no fue más que un postulante a la reelección por el Proyecto Presidencial Hipólito Mejía, mejor conocido por las siglas PPH.

Dos preguntas dirigidas al conocido columnista:

En qué fecha, en qué lugar, y en cuáles circunstancias se celebró la convención del Partido Revolucionario Dominicano que eligió al agrónomo Hipólito Mejía como su candidato a la Presidencia de la República en los comicios del 16 de mayo del 2004?

)Pertenecen o no al «pueblo perredeísta» los miles de militantes del Partido Revolucionario Dominicano que se abstuvieron de votar en las elecciones de mayo; que anularon sus votos escribiendo en la boleta electoral frases insultantes dirigidas al presidente Mejía; o que votaron por uno de los candidatos opositores a la reelección?

En principio, eran siete los precandidatos perredeístas opuestos a la reelección: Hatuey Decamps; Milagros Ortiz Bosch; Rafael Suberví Bonilla; Enmanuel Esquea; Rafael Flores Estrella; Ramón Alburquerque; y Rafael Abinader.

Esos siete habían acordado no aceptar bajo ninguna circunstancias que Hipólito Mejía figurara como candidato en la boleta del Partido blanco

Ese conglomerado organizó una convención en la cual resultó electo Hatuey Decamps candidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Dominicano. En la misma, no participaron Milagros Ortiz Bosch, Rafael Suberví Bonilla y Emmanuel Esquea,, quienes, a pesar de las advertencias que les hiciera Hatuey Decamps en relación con las intenciones de Hipólito Mejía de presentarse como candidato a como diera lugar, en un último momento, optaron por enfrentar en otra convención la embestida reeleccionista del presidente Hipólito Mejía, previa aceptación de la precandidatura de éste.

Así, comenzaron los aprestos de organización de una segunda convención en la cual Hipólito Mejía; Milagros Ortiz Bosch; Rafael Suberví Bonilla y Emmanuel Esquea se disputarían entre ellos la candidatura a la Presidencia de la República por un sector del Partido Revolucionario Dominicano. Pero, sucedió que un día antes de la celebración de la misma, Milagros Ortiz Bosch, Rafael Suberví Bonilla y Emmanuel Esquea anunciaban su retiro del evento, a tiempo en que acusaban el presidente Mejía de utilizar recursos del Estado y de estarse valiendo de malas artes para imponerse como candidato. Hipólito Mejía les respondió diligenciándose un precandidato a la presidencia que le diera aspecto de legalidad a la proyectada convención.

Así fue que Hipólito Mejía se proclamó candidato y de paso empañó el liderazgo emergente de su propio partido.

Amigo columnista, )qué pasó después? Que Milagros Ortiz Bosch y Rafael Suberví Bonilla decidieron apoyar la reelección del presidente Mejía a quien ellos mismos -Milagros y Fello- habían acusado de tramposo. En tanto que Emmanuel Esquea optó por sumirse en el silencio y por mantenerse al margen del debate político.

Lamentablemente, Rafael Suberví y Ramón Alburquerque han devenido en reyes del disparate y en archipámpanos de la carcajada; y la pobre doña Milagros todavía no ha encontrado la manera de justificarse.

Es justo reconocer que, al igual que Rafael Trujillo a principios de los años treinta, Hipólito Mejía cuenta hoy con miles de simpatizantes, entre ellos decenas de periodistas de cierto prestigio que todavía disfrutan del comportamiento ligero y de las ocurrencias del mandatario.

Miles de empleados públicos fueron obligados a manifestarse a favor de la reelección.

Hipólito Mejía no tubo reparo ni delicadeza alguna en utilizar los recursos del Estado a favor de su proyecto reeleccionista.

Durante la campaña electoral, el mandatario permitió que los gastos de su gobierno aumentaran considerablemente, violentando así el acuerdo que había firmado con el Fondo Monetario Internacional.

Los perredeístas que se consideraban ciudadanos libres y apegados a sus convicciones políticas no tenían por qué aceptarles desafueros e imposturas a los del PPH; tampoco, tolerarles sus groserías y sus indelicadas maneras de tratar a las gentes.

Al parecer nuestros columnistas no son muy buenos ene l oficio de analizar resultados que se expresan con números.

Un millón 200 mil votos, de por sí, no son muchos ni son pocos; todo depende de las comparaciones que se hagan con los mismos.

Cierto es que, en las elecciones pasadas, se registraron 1 millón 200 mil sufragios a favor de la reelección; pero )cuántos votos fueron depositados en las urnas a favor de Leonel Fernández, el candidato ganador, y cuál fue la ventaja de éste frente a su principal oponente Hipólito Mejía?

En las elecciones de mayo pasado, el candidato de la reelección fue derrotado de manera aplastante.

La administración de Hipólito Mejía será recordada como la más desastrosa de las últimas cuatro décadas.

Las malas ejecutorias del gobierno del presidente Mejía podrían constituirse en causas de que el PRD permanezca por décadas en la oposición, corriendo el riesgo de desaparecer del escenario político al igual como ocurrió en el Partido Azul. Volveremos sobre el tema.

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