El PRD y sus acuerdos posibles

El PRD y sus acuerdos posibles

La salida de la crisis legal/institucional del PRD, pasa por el corte del nudo gordiano que ata ese partido al proyecto político de Leonel Fernández en particular y al PLD en general. Las amarras de ese nudo están tensadas por los intereses económicos  que unen a Miguel Vargas con dicho proyecto, por lo cual estas no la rompe ninguna negociación política entre él y la aplastante mayoría del PRD, sino con los acuerdos entre las partes que configuran esta última.

Diversas mediciones indican que los seguidores de Vargas son apenas algo más de un 10% de la militancia del PRD y que las de una hipotética candidatura presidencial suya por ese partido son de apenas algo más de ese mismo porcentaje. Entonces, en semejante circunstancia, qué puede este negociar? evidentemente nada. Tener el control legal de la franquicia es lo único que le garantiza rentabilidad económica y presencia política y hasta el momento él no da muestra de querer un acuerdo que limite sustancialmente esa rentabilidad. Es más, en última instancia, destruir el PRD es lo que mayor renta le puede producir.

De eso son conscientes casi todos los dirigentes de los sectores que componen la mayoría de esa colectividad, sin embargo plantean una convocatoria “pactada” del Comité Ejecutivo, de cara a la celebración de una Convención, también “pactada” con el jefe de la minoría, como fórmula para salir de la crisis. La pregunta obligada es: ¿qué pueden pactar dos fuerzas, una con cerca del 90% de representatividad y representación con una de cerca de un 10% que no sea que la última reconozca la real dimensión de la primera.

Todo apunta a que ese reconocimiento no se dará, pues significaría el final del absurdo de que una minoría siga con el control legal, aunque ilegítimo, de la representación formal de las siglas de ese partido y el final de las bochornosas ventajas pecuniarias y políticas de las partes beneficiarias de ese absurdo.

Eso obliga a la mayoría a desplegar urgentes iniciativas inteligentes y creativas para romper las amarras del nudo gordiano que la mantiene en una peligrosa inacción sustantiva.

Ese partido no saldrá de su atasco con simples lanzamientos de precandidaturas presidenciales, ni sencillamente con acuerdos para que alguien ocupe su presidencia de manera transitoria, sino con acuerdos de fondo sobre cuáles serían los criterios que guiarían la integración de los organismos de dirección partidaria, que debería basarse en la representatividad de los integrantes de los mismos y en el peso electoral de las regiones. Incluso, acuerdos transitorios sobre la presidencia de ese partido u otros cargos, de por sí no despejan el factor Vargas.

También deben hacer conciencia que aun despejando ese factor, por sí solo ese partido difícilmente ganaría las próximas elecciones. Les urgen acuerdos internos de fondo, globales, desde una perspectiva de pactos programáticos con la diversidad de actores y fuerzas que se oponen a la estructura político/corporativa y de los poderes fácticos que controlan el Estado dominicano.

Una estrategia que recoja la esencia de ese razonamiento, ayudaría a que las expectativas de esa mayoría no dependan de lo que hagan Vargas y sus titiriteros.

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