El precio de las palabras

El precio de las palabras

Repasando los periódicos de estos días, hemos pensado qué hará el Secretario General del PLD si, como muchos esperan, el Ing. Hipólito Mejía resulta  el ganador de las elecciones del 20 de mayo 2012, porque siendo el presidente  del Senado, está obligado a presidir la Asamblea  y juramentar al ganador del 20 de mayo. ¿Porqué digo esto? Simplemente, el senador  de referencia ha declarado con toda su reconocida expresión de odio y rabia, lo peor que se le puede señalar a un ser humano.

Con qué cara subirá al poder a expresarles su respeto a Hipólito. No me lo imagino, pero como siempre esos sujetos hablan mentiras, ni me atrevo a imaginarlo o tal vez se retire de la sala y a quien corresponda saludará al nuevo Presidente; pero es bueno recordar también que resulta imposible que Leonel le imponga la banda presidencial a su relevo. Tal vez el intrépido Hatuey Decamps le busque solución a ese problema que se avecina, pues ese sí sabe manejar este tipo de problemas con cordura. Por eso Hipólito Mejía lo designó su principal lugarteniente, porque él y solo él, sabe buscar soluciones elegantes y sabias. Esperemos los días, pues falta poco para que suceda ese acontecimiento nacional, que antes no había sucedido en toda la historia dominicana. ¡La suerte está echada! Ya veremos en el devenir de los próximos días, si tenemos razón. Lo esperaremos desde las gradas altas de la nación con humildad.

El nombramiento del Lic. Hatuey Decamps ha sido el mejor paso que ha dado el candidato en lo que va de campaña. Los resultados están a la vista, se ha dinamizado el electorado. Ya vemos la oposición que encabeza el PRD cosechando sus laureles y al PLD más nervioso que una cucaracha en un gallinero; por eso nos reímos, pues es casi seguro que se acabará el despilfarro, la arrogancia, la mentira, el abuso contra los contribuyentes, las exoneraciones de jeepetas blindadas y las fiestas de patio de muchos peledeístas con los dineros del pueblo;  los viajes al extranjero y las tarjetas de crédito secretas, y se reducirá la terrible corrupción, azote de pobres y ricos. ¡Por fin, vamos a tener esperanzas tangibles y bien administradas!

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