Según el Ministerio de Economía el presupuesto de 2012 fue calculado con un precio promedio del barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI) de $105.7.

Según la Energy Information Administration (EIA) el precio spot por barril del WTI, que corresponde al mercado de  contado o mercado físico, ha estado en promedio en US$97.63, para los 130 días hábiles que han transcurrido desde el inicio del año hasta el 6 de julio del 2012. De manera, que el promedio diario ha estado unos US$8.06 por debajo del precio presupuestado por el Gobierno Dominicano para todo el año.

De los 130 días hábiles equivalentes a 27 semanas (hay semanas de cuatro días hábiles), solamente en 22 días estuvo por encima del precio promedio presupuestado, presentando una desviación hacia arriba promedio de US$0.47. La diferencia máxima superior con relación al precio presupuestado fue US$3.69 y en 11 días de los 22 el sobreprecio fue menor US$1.

En los restantes 108 días hábiles del año 2012, el precio promedio en el mercado spot estuvo  por debajo del presupuestado. La diferencia máxima registrada fue de US$27.98 el 28 de junio de 2012 y en el 50% de los días la diferencia estuvo por encima de US$6.98.

Esta evidencia empírica es concluyente. Más que una pérdida presupuestaria ha habido una ganancia presupuestaria, de manera que es falso argumentar que el precio del petróleo explica el aumento del déficit gubernamental en las primeras 27 semanas del año.

Siendo conservadores el déficit presupuestario del Gobierno Central podría finalizar alrededor de un  5% del PIB y el déficit consolidado del sector público en más de un 6%, cifras que no se veían en la economía dominicana desde la crisis económica de principios del noventa.  A ese escenario se la agrega la carrera de endeudamiento, que el nuevo presupuesto complementario la aumenta en RD$68.2 mil millones o 2.7% del PIB entre bonos doméstico para la CDEEE, nueva deuda con el Banco de  Reservas y los recursos de PetroCaribe.

El presupuesto complementario pone en evidencia la magnitud de la crisis fiscal que el gobierno ha montado este año como consecuencia del uso y abuso de los recursos del Estado en campaña política. El origen de este déficit implica la responsabilidad del nuevo gobierno al ser beneficiario del  desorden fiscal y de la situación de ilegalidad generada. Además no pueden alegar ignorancia pues el tema fue ampliamente debatido y advertido. Los ciudadanos no tenemos por qué pagar el costo de ese uso y abuso de los recursos del Estado.  No se puede aceptar de ni un centavo adicional de impuestos, a menos que se desmonte el régimen de impunidades y complicidades creado y el Estado evidencie una mejoría en la calidad del gasto.