El precio y el consumo

El precio y el consumo

La necesidad de reducir el consumo de combustibles derivados del petróleo es un tema que surge en el país cada vez que se produce una escalada alcista en los precios del crudo. Sin embargo, y a pesar de los programas de reducción diseñados y elaborados por diferentes gobiernos, hasta ahora nunca han dado resultado.

El pasado jueves 17 el presidente Fernández planteó la necesidad de reducir las importaciones y el consumo, y anunció una lista de medidas encaminadas a lograr este objetivo. Ya en el 2008, cuando el petróleo se elevó a niveles récords,  el mandatario anunció otro programa que no dio resultados. Y es que, explican expertos, el consumo de carburantes en República Dominicana ha demostrado ser muy inelástico, y sin importar el precio del crudo y sus derivados, crece y con ello la factura y el déficit del comercio exterior.

Junto con el consumo y con los precios suben también las recaudaciones del Gobierno, que se beneficia de ambas tendencias. La estructura de los impuestos a los derivados del petróleo permite al Gobierno el aumento constante en las recaudaciones, vía el ad-valorem, establecido mediante la Ley 495-06.

Con el incremento en los precios, además de aumentar los créditos del acuerdo de Petrocaribe con Venezuela, el Gobierno dominicano ve aumentar sus ingresos por concepto ad-valorem del 16%. Con el aumento del consumo se incrementan los ingresos por el impuesto específico, establecido mediante al Ley 112-00, de Hidrocarburos.

Durante el año 2010 el Gobierno recaudó un total de RD$34,976.3 millones con los gravámenes a los combustibles, casi RD$5 mil millones más que en  2009, cuando estas recaudaciones sumaron RD$29,995.8 millones.

Tan solo en el mes de diciembre las recaudaciones del ad-valoren crecieron en 38.1% respecto al mismo mes del año anterior, a pesar de que el aumento en el precio del petróleo en igual período fue de 19.8%, al pasar de 73.7 dólares el barril en 2009 a US$88.3 en 2010.

Una carga muy pesada.  En su discurso, el presidente Fernández planteó medidas para enfrentar el impacto en los precios de los productos básicos, del alza en los combustibles y demás commodities, imprescindibles para la producción de pollos y huevos y otros artículos alimenticios.

Sin embargo, algunos expertos señalan que la mejor manera de impactar en los precios es mediante la modificación de las leyes que gravan los combustibles, ya sea de forma temporal o definitivamente.

Entienden que el hecho de que el mandatario dispusiera de una reducción de 12 por ciento de los gastos correspondientes al Presupuesto del 2011 facilitaba una medida de esta naturaleza, que impactaría enseguida los precios hacia la baja.

Sin embargo, las proyecciones de ingresos por impuestos a los combustibles superan este año los RD$43 mil millones, aunque en los primeros dos meses del año estas recaudaciones estuvieron por debajo de las estimaciones.

Quienes rechazan la reducción de los impuestos a los combustibles señalan que una medida de esta naturaleza, además de afectar las recaudaciones, incrementando el déficit fiscal, estimularía aun más el consumo.

El presidente Fernández estimó que de mantenerse el precio del petróleo por encima de los cien dólares, las importaciones sumarían US$4,200 millones.

Recordó que con cada diez dólares de aumento en el precio, la factura sube en 400 millones de dólares.

El año pasado se importaron 1,565.9 millones de barriles de los distintos combustibles.

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