El predicador del Papa dice que es necesaria una purificación de la Iglesia

El predicador del Papa dice que es necesaria una purificación de la Iglesia

Ciudad del Vaticano, 26 mar (EFE).- El predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, dijo hoy delante del papa Benedicto XVI que dentro de la Iglesia hay una necesidad de purificación, «comenzando con el clero».

Cantalamessa hizo esta afirmación durante su tercera predicación de la Cuaresma, ante la presencia de Benedicto XVI y la Curia Romana, en la que hizo referencia «con su habitual franqueza», según resaltó Radio Vaticano, a los «últimos eventos dolorosos» que ven a la Iglesia como protagonista, en referencia a los escándalos de curas pederasta.

«Cristo sufre más que nosotros por las humillaciones de sus sacerdotes y las aflicciones de su Iglesia. Si lo permite es porque conoce el bien que de ello pude salir, con la mirada puesta en una mayor pureza de la Iglesia», afirmó el franciscano.

El predicador papal pidió humildad y dijo que si la Iglesia es humilde «saldrá más resplandeciente que nunca de esta guerra».

«El ensañamiento de los medios de comunicación, como vemos en otros casos, a la larga tendrá el efecto contrario a lo que deseaban», añadió el religioso, según la versión de la predicación dada por el diario vaticano L’Osservatore Romano, en referencia a las críticas que está recibiendo el Vaticano ante los numerosos casos de sacerdotes pederastas denunciados en varios países, algunos de los cuales han salpicado al Papa.

El religioso apeló a la fidelidad sacerdotal y afirmó que a esa fidelidad se opone «la traición de la confianza depositada por la Iglesia, la doble vida, el no respetar los compromisos, especialmente el celibato y la castidad».

«Sabemos por dolorosa experiencia cuanto daño puede acarrear a la Iglesia y a los fieles ese tipo de infidelidades. Es tal vez la prueba más dura que está atravesando la Iglesia en este momento», aseguró.

El predicador agregó que Cristo es duro con «tibios con la fe» y señaló que esa tibieza del clero, la falta de celo y la inercia apostólica debilitan a la Iglesia más aún que «los escándalos ocasionales de algún sacerdote.

Cantalamessa dijo en su predicación que no se debe generalizar y que la Iglesia de hoy está llena de sacerdotes santos que cumplen silenciosamente su deber. No obstante, advirtió contra las vocaciones el dinero y la comodidad.

Las palabras de Catalamessa recordaron a las meditaciones del cardenal Ratzinger durante el Vía Crucis del Viernes Santo de 2005, cuando dijo «cuanta suciedad hay en la Iglesia y entre los que por su sacerdocio deberían estar completamente entregados a El».

Tras asistir a la predicación, el Papa recibió en audiencia al presidente de Guatemala, Álvaro Colom, y al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal William Joseph Levada.

Durante el encuentro con Colom se le vio sonriente, con buen aspecto y reposado, después de la jornada de ayer en la que se reunió con más de 70.000 jóvenes en la plaza de San Pedro en un encuentro que se prolongó hasta primeras horas de la noche.

Ayer el diario estadounidense «New York Times» publicó que el Papa cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone, encubrieron al sacerdote estadounidense Lawrence C. Murphy, acusado de abusar sexualmente de unos 200 menores entre 1950 y 1970 en una escuela para niños sordos del estado de Wisconsin.

El Vaticano lo desmintió categóricamente, denunciando una «innoble campaña» para golpear a cualquier coste al Papa.

Hoy, el diario estadounidense sacó otra información en la que aseguró que la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich y Freising, Ratziger autorizó que un sacerdote con antecedentes de pederastia y que había sido expulsado por ese motivo del obispado de la ciudad alemana de Essen, ejerciera en la capital bávara.

El Vaticano y los medios de la Santa Sede volvieron a asegurar que el Papa nunca supo de ese caso y que fue el por entonces vicario general de la archidiócesis bávara, Gerhard Gruber, quien adoptó la «equivocada decisión de reintegrar» al sacerdote, como el mismo ha reconocido.

Hoy también se supo que la Congregación para la Doctrina de la Fe investigará en fechas próximas el caso de los 67 antiguos alumnos sordos de un colegio religioso de la localidad de Verona (norte de Italia), que denunciaron haber sufrido abusos sexuales entre los años 1950-1984 por parte de sacerdotes.

Los denunciantes tienen entre 50 y 70 años y fueron supuestamente sometidos a abusos por parte de 25 sacerdotes, algunos de los cuales siguen todavía en activo. EFE

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