A pesar de estar llena de glamour, derroche y el formalismo exhibido por las figuras del cine, la entrega de los premios Oscar también se ha caracterizado por tener sus momentos curiosos o situaciones con los actores, que han quedado registradas para la historia.
Aunque la lista es larga recordaremos algunas, en ocasión de acercarse la 83ª edición de los premios que entrega la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas que será celebrada e l domingo en el Teatro Kodak de Los Ángeles.
Las anécdotas. En 1973, Marlon Brando recibió el Oscar por El padrino, pero se negó a aceptarlo porque decía que Hollywood discriminaba a la población india. Ni siquiera acudió a la ceremonia. En su lugar recogió el premio Sacheen Littlefeather, una mujer india que más tarde sería conocida en el cine como la actriz María Cruz.
Una de las más atrevidas ocurrió en 1974, cuando un exhibicionista se lanzó al escenario de la gala llevando un signo de la paz.
El presentador, David Niven, salió del apuro diciendo que lo único que había logrado el hombre era mostrarnos sus pequeñeces. El público estalló en sonora carcajada.
El director italiano Roberto Benigni protagonizó una divertida en 1999, cuando logró mejor actor y película de habla no inglesa por La vida es bella. Cuando Sofía Loren leyó su nombre, Bengni saltó por los asientos y se trepó en el escenario.
En el 2000, se robaron 55 estatuillas del muelle semanas antes de la gala. La mayoría se recuperó gracias a Willie Fulgear, un ciudadano común que las encontró cerca de un vertedero en un barrio de Los Angeles. En agradecimiento, la Academia le dio 50,000 dólares e invitado especial a la ceremonia. La cantante Björk, nominada al Oscar en el 2001 a la mejor canción por Bailando en la oscuridad, acudió a la gala con un vestido en forma de cisne, y en su paso por la alfombra roja se lo levantó y puso un huevo.