El 21 de diciembre de este 2024 los medios de comunicación divulgaron la amarga noticia de la muerte del prestigioso presidente Jimmy Carter, a la edad de 100 años. Como candidato presidencial Carter fue subestimado por la prensa aunque se había graduado como alumno distinguido de la Escuela Naval de Annapolis, la más exigente en su rama, y también había hecho estudios de ingeniería nuclear. Aun así la prensa insistió en presentarlo como un rural plantador de cacahuates en el sur de Estados Unidos. Carter llegó a la presidencia cuando había muchas dictaduras en Latinoamérica. Algunas de ellas eran dictaduras militares, también existían dictaduras civiles como la que nos tocó a nosotros durante una docena de años. En medio de esas dictaduras Carter proclamó que promovería la instauración de la democracia en latinoamericana tomando como base su doctrina de defensa de los derechos humanos. En medio de esa apertura democrática de Carter. Bosh respondió con pronunciamientos ultra izquierdistas, fuera de contexto como los siguientes: se declaró “Marxista no Leninista” y promovió su tesis de “Dictadura con respaldo popular”; también tomó como bandera de lucha su libro: “Pentagonismo sustituto del imperialismo”.
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En cambio, “viendo más allá de la curva” Peña Gómez entendió que con la existencia del gobierno de Carter lo más valioso para el país era que él estableciera una táctica de negociación con los liberales de Washington como forma de retomar la democracia en el país. Así pues, el 16 de mayo del 1978 el PRD captó la mayoría de los votos y, esa misma noche de las elecciones del 16 de mayo, las urnas fueron secuestradas por militares de alto rango seguidores de Balaguer, lo cual provocó que el propio Carter llamara a Balaguer insistiéndole en que había que respetar los resultados de las urnas. En ese mismo sentido al día siguiente el embajador americano Robert Yost fue a la casa de Balaguer intentando entrevistarse con él, pero Balaguer, previendo el mensaje que le daría Yost, dejó al embajador esperando en un asiento en el garaje de la casa y no le recibió personalmente. Asimismo, Peña Gómez hizo contacto con la Internacional Socialista y el presidente Carlos Andrés Pérez de Venezuela también llamó a Balaguer indicándole que si no respetaba los resultados de la elección ganada por el PRD, Venezuela le haría un boicot y no le suministraría petróleo al país.
Otro hecho de Carter que lo inmortalizará como político fue la firma del pacto “Torrijos Carter” por el cual Estados Unidos devolvió a la República de Panamá la plena propiedad y el derecho pleno de operar el canal de Panamá.
Otro apoyo notable de Carter relacionado con la elección de mayo del 1978 fue que el jefe del Comando Sur del Ejército de Estados Unidos llamó a los oficiales que habían secuestrado las urnas y le dijo que Estados Unidos no reconocería otro periodo de Balaguer surgido de elecciones fraudulentas. Eso provocó que se hiciera un conteo diáfano y transparente de los votos. Ese conteo puso de manifiesto que legal y legítimamente el triunfó de las elecciones de mayo del 1978 correspondía al PRD y a su candidato Antonio Guzmán, y todo quedo validado cuando Antonio Guzmán se juramentó como presidente de la República el 16 de agosto del 1978. Así se inició el período democrático que todavía vivimos, en el cual influyó determinantemente la política de derechos humanos del presidente Carter.
Cuando Carter salió de la presidencia tenía 57 años y murió de 100 años. Consecuentemente vivió como expresidente 43 años, pero en su condición de expresidente siguió dando apoyo a la democracia a través de su prestigioso centro Carter que ha cobrado extraordinaria vigencia puesto que, ante los comicios celebrados en Venezuela el Centro Carter realizó una investigación exhaustiva de ese caso y concluyó expresando que el mandato de Maduro para un nuevo periodo gubernamental no es legal, tampoco es legítimo ya que, esas elecciones fueron fraudulentas tanto en su organización como en el conteo. Ese pronunciamiento constituye el broche de oro de la despedida de Carter de este mundo.
Por otra parte no debe olvidarse que la política de Derechos Humanos de Carter colaboró en la desaparición de las sangrientas dictaduras militares de Chile y Argentina