El presidente después de mañana

El presidente después de mañana

POR FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Dentro de 48 horas el doctor Leonel Fernández será juramentado como presidente de la República, en medio de la peor crisis económica y moral, que ha sufrido el país en sus 160 años de vida independiente y a 141 años de haberse sacudido de la odiosa anexión a España.

El país, golpeado y estimulado a sublevarse en contra de las autoridades que ahora salen del Gobierno, tenía el derecho a sacudirse para contra atacar tantas agresiones cometidas en la economía, con el aumento de la pobreza y la pérdida de los trabajos. Estoicamente, y admirable responsabilidad cívica, el pueblo esperó pacientemente a que llegara el 16 de mayo pasado y masivamente repudió al presidente perredeísta, que no supo apreciar el apoyo que había recibido en el 2000, cuando fuera electo abrumadoramente por el mismo pueblo que lo expulsó del poder al querer buscar la reelección y estar realizando un desacertado gobierno.

El Presidente electo Fernández llega al poder acompañado de todas las ilusiones de una ciudadanía, que anhela ver que se restaure la dignidad y honestidad de los servidores públicos y que se aclaren tantos latrocinios con el castigo ejemplar de los culpables. También que se restableca el clima de confianza tan deteriorado en el pasado reciente, siendo necesario hurgar al mínimo detalle los préstamos concertados, que muchos de los cuales, no se sabe a donde han ido a parar y que entidad resultó beneficiada, así como los testaferros que cobraron jugosas comisiones para tan solo presentar los ofertantes de dinero fácil para crédito al funcionario adecuado.

Los dominicanos hemos puesto todas nuestras esperanzas de que el país se podrá rescatar con acciones valientes y continuas de los próximos funcionarios. Estos deberán trabajar en un severo clima de austeridad, y la ciudadanía considerará que las cosas se están haciendo bien, cuando se revise la hipertrofiada nómina pública de tantas botellas, cargos repetidos, millares cobrando dos y tres sueldos, etc que forman parte de que los gastos corrientes devoren más del 80% de os ingresos mensuales. Haciéndolo así se verá que no es necesario aplicar el paquete fiscal en discusión congresional.

Ya el país ve crecer las esperanzas de que el próximo gobierno tiene decisión firme de arreglar el desbarajuste económico y financiero, al anunciar el doctor Leonel Fernández, su gabinete para la crisis, donde los seleccionados son considerados como muy capases y de grandes dotes de gerencias administrativa para evitar el colapso, que todo el mundo teme ya que el dinero se ha esfumado de las arcas oficiales, y una cantidad enorme de deudas dejará el actual gobierno con cientos de contratistas, empresas comerciales y profesionales, etc al borde de la quiebra.

El gobierno de pasado mañana es la esperanza del país para recuperarse poco a poco de la crisis. Ahora mismo tiene el apoyo de todos los sectores nacionales, que esperan ver la no repetición de aquel inadecuado comesolismo del 1996. Esa vez una admirable gestión presidencial, se vio empeñada por ese exclusivismo peledeísta que rechazaba toda ayuda y colaboración. Ahora se espera que hayan aprendido la lección para recibir la colaboración que se les ofrece de buena fe y por el bien del país. Ese bien no es exclusivo de un grupo de personas que se creen poseedoras de la capacidad y que los demás tienen que aceptar las daciones que esos superdotados evacuen para el bien del país. Todos los dominicanos y dominicanas debemos trabajar para recuperar el desarrollo y prosperidad perdida, tal como lo hicieron los alemanes en 1945, que al finalizar la II Guerra Mundial, tenían un país destruido y dividido, pero se unieron bajo el hechizo de un político, Konrad Adenauer, para devolverle en pocos años el vigor y riqueza a ese gran país.

Las aspiraciones de la ciudadanía es que al implantar un riguroso plan de austeridad y que se restaure la confianza perdida, cosa que se ve venir por la calidad de los funcionarios ya señalados por el presidente Fernández, también se establezca una labor de profilaxis judicial para desenmascarar a los que tan abiertamente ultrajaron al país, agenciándose los dineros del pueblo en malversaciones descaradas y llevadas a cabo creyendo que nunca serían desalojados del poder, y ahora, con el temor de verse conducidos a la cárcel, buscan las más diversas acciones legales o salir del país para evadir el brazo de la justicia.

Aguardamos con expectante curiosidad, y llenos de esperanzas, a que al país se les abran nuevos horizontes, que si bien no será de rosas al principio, existirá la certeza de que, en poco tiempo, volveremos a experimentar índices de crecimiento superiores al 6%, como era lo normal en el período del 1996 al 2000.

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