El Presidente hizo diana

<p>El Presidente hizo diana</p>

UBI RIVAS
El presidente Leonel Fernández demostró nueva vez la indiscutible capacidad de que dispone para sortear los grandes avatares que le retan como gobernante, cuando en su alocución por televisión al país el día cuatro del presente mes de diciembre, hizo diana en el blanco de lo correcto.

El presidente Fernández consensuó, simplemente, en relación al clamor de los segmentos más importantes de la sociedad que le reclamaron al unísono en no incurrir gravar a los pobres y sobre todo en lo más esencial, la canasta familiar, y así lo hizo. Palmas para el joven gobernante.

Anunció el gobernante que procede a someter un conjunto de proyectos de leyes al Congreso, que deberán aprobarse en un santiamén por la mayoría mecánica a su recaudo en ambas cámaras, sin que por ello pueda, esta vez, interpretarse como una aplanadora, sino más bien como una consensuadora.

Gravar los vicios, tabaco, alcoholes, criollos e importados, juegos todos, vehículos de lujos exceptuando yipetas pequeñas, vehículos de trabajo, camionetas, camiones, autobuses pequeños y grandes, gravar los alimentos importados gourmet o delicias veleidosas que sin necesidad de mencionar, todos conocemos.

Reducir el tamaño del Estado, eliminar segmentos inoperantes de la burocracia como lo son la Liga Municipal Dominicana y reducirla a una dependencia de la Secretaría Administrativa de la Presidencia que suministre los recursos a los cabildos conforme a la ley condigna.

Atomizar la Secretaría de la Juventud y anexarla como una dependencia de la Secretaría de Deportes, reducir al mínimo los subsecretarios y ayudantes civiles, vicecónsules (en Nueva York hay 37 con salario de US$3 mil c/u), demografía innecesaria e hiperinflacionaria del servicio exterior plagado de vagos, zánganos y sanguijuelas, ineptos y que nada desempeñan ni hacen ni saben hacer.

Eliminar embajadas y hacerlas concurrentes, dos en Centroamérica, dos en Suramérica, dos en Europa, dos en Asia, dos en el Cercano Oriente.

Realizar una feria de vehículos de lujo (yipetas, Mercedes Benz, BMW), que usan funcionarios y cambiarlas por yipetas pequeñas de baja cilindrada, Tracker, Terios, Geo o camionetas para los que se desplazan al campo.

Eliminar todos los “salvo” de que se puede una cosa y no se puede o al revés, una confusión no saludable. O es sí, o es no, pero eliminar los términos medios, Presidente.

Reducir al mínimo los viajes presidenciales al exterior, ya van 26 y de ninguno se le ha explicado al contribuyente, que es quien los sufraga, cuáles han sido los resultados beneficiosos para el país. ¿P se le ha explicado?.

Usar lo máximo posible a los embajadores, cónsules, expertos economistas en los acuerdos con países con los que sostenemos relaciones y esos mismos diplomáticos acercarlos a otros países con los que no tenemos tratos y requerimos concitar una inversión, plantas eléctricas, energías alternativas, ferrocarriles, metros, pero por concesión, nunca involucrar al contribuyente en esos proyectos.

Con todas esas providencias, más la entrada en vigencia de la prohibición del grado a grado, podríamos tener recursos abundosos para una infinidad de proyectos, gastos de inversión, como por ejemplo, construir una formidable red industrial joint venture en la frontera con Haití.

El Presidente mostró no solamente consenso, sino cordura y refuerza cualquier proyecto suyo o sea que delegue en alguien de su estricta confianza, la continuación del PLD en el poder más allá de 2008, nunca proceder negativo para acelerar el reciclaje al poder del PRD. ¿Está claro?.

El Presidente debe desistir gravar los combustibles porque repercutiría en la canasta familiar porque los transportistas endosarán el alza al transporte, porque en el campo afirman que del cuero es que sale la correa, y a su vez los “dueños del país” aumentarán los pasajes penalizando a ocho millones de pobres.

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