El reto cardinal del presidente Danilo Medina no es la economía, que aunque es un costado troncal, los dominicanos venimos padeciendo soportar esa múcura con el babonuco de la paciencia, que un día sobreviene a otro día y que los días, decimos en el Cibao, los concede Dios de balde.

Es la violencia, el crimen, no la corrupción, que es una larva perversa que medra en el cuerpo nacional sin gran trascendencia ni condena, el reto fundamental que confronta el presidente Medina, porque afinca el desasosiego y la incertidumbre ciudadana y no convida a la inversión privada ni criolla ni foránea.

 En el transcurso de un acto oficial con los integrantes del Consejo para el Desarrollo del Centro Histórico de Santiago de los Caballeros realizado el 25 de octubre pasado, el ministro del Interior, José Ramón Fadul Fadul, manifestó que la seguridad ciudadana es una prioridad fundamental del Estado que incide favorablemente en el desarrollo económico del país. Adelantó el ministro del Interior que el presidente Medina presentará en breve (sin precisar fecha) ante el Congreso Nacional un plan de seguridad ciudadana, acotando que requiere del consenso de todos los sectores sociales para lograr su efectividad.

Aquí va el mío, consistente en que lo primordial es modificar la ley 36-66 de manera que solo se permita la tenencia y no el porte de armas de fuego. Individuo que sea sorprendido por las autoridades policiales portando un arma de fuego con permiso, dos años de cárcel y cien mil pesos de multa. Sin permiso oficial 5 años de cárcel y RD$200 mil  de multa o RD$300 diarios de cárcel. Empiece por ahí, presidente Medina.