El Presidente y los maestros extranjeros

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Recientemente el Presidente de la República, Lic. Danilo Medina, externó la opinión de que veía con simpatía la idea de importar maestros extranjeros para fortalecer el sistema educativo nacional  en lo relativo a la formación en las áreas de: matemáticas, español, física y química.  Inmediatamente salieron al paso opiniones a favor y en contra; unos señalando que esa es la panacea al problema educativo; y otros, probablemente sin pensarlo, satanizando la idea por peregrina, injerencista e improcedente.

Juzgo que ni una cosa, ni la otra, ni es tan buena la idea para andar de celebraciones, ni mucho menos la idea es mal fundada, como argumentan quienes la rechazan. La realidad es, que no es lo deseable, pero sí lo pertinente y necesario. Ojalá y no tuviéramos que hacerlo porque habla muy mal de nosotros, de nuestros avances en todos estos años de luchas, afanes y titulación de maestros.

Pero la verdad monda y lironda es que no poseemos la cantidad y la calidad de maestros necesarios para emprender la impostergable tarea de transformar la educación dominicana. No significa que los maestros de nuestras escuelas vayan a ser suplantados por otros más preparados, es que debemos iniciar capacitando a los formadores de formadores. Comenzar con nuestros educadores universitarios para que posean las competencias necesarias para formar a nuestros maestros. Digámonos la verdad en voz baja: En nuestro país el problema es de competencias, no de titulación. El nivel de titulación de nuestros educadores es alto, pero no hay necesariamente relación entre titulación y competencias.

Claro, el problema es más complejo, tenemos que trabajar en varios frentes al mismo tiempo: en el reclutamiento de quienes van a estudiar la carrera docente, en transformar el pensum en nuestras universidades, seleccionar por medio de auténticos concursos  a nuestros educadores, tener formadores de formadores con  nivel y competencias, pagarles a los educadores como a cualquier profesional, a los fines que los mejores recursos humanos se interesen por la carrera docente; y  transformar propiamente dicho, las estructuras y al currículo dominicano en sus diferentes variables. Todo el mundo cree saber mucho de educación y todos queremos opinar; esto último es bueno, porque expresa la categorización que la población está dando al tema educativo para superar los atrasos de la nación, pero a decir verdad, la educación es un campo demasiado sensible para tomarse a la ligera.

Es hora pues de que los mejores técnicos del sector y las personas que han estado abordando la situación en los últimos treinta años iniciemos una reflexión más profunda y mesurada sobre un aspecto de cardinal importancia para la nación dominicana.

Nada se excluye en el análisis de la problemática, que vengan los maestros extranjeros porque son necesarios, pero bajo la premisa de que, esto es parte del todo, no el todo ni la panacea que otros quieren argumentar.

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