El presupuesto del 2011

El presupuesto del 2011

Nuestra legislación obliga al Presidente de la República enviar en octubre al Congreso Nacional el presupuesto del año siguiente, es decir que tiene que hacerlo dentro de pocas semanas. El monto del déficit de ese presupuesto es el aspecto clave para el logro de una renovación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Hace 13 días el Subdirector del FMI declaró que “se había alcanzado un acuerdo con República Dominicana y el staff del FMI sobre políticas y medidas para el resto del 2010 y el 2011… se llevarán a cabo esfuerzos adicionales para fortalecer los ingresos del gobierno, contener los subsidios a la electricidad y moderar otros gastos, para lograr la consolidación fiscal gradual prevista en el programa… en las próximas semanas las autoridades firmarán una carta de intención que será presentada al Directorio”.

Como se ve, lo esencial para lograr el mantenimiento del acuerdo es el ajuste fiscal.  El gobierno ha enviado al Congreso un proyecto de ley que reduciría exoneraciones fiscales, es decir que “fortalecería los ingresos”.

Además está el cobro del ITBIS en la aduana. Para sacar a la política del sector energético (“contener los subsidios a la electricidad”) se han nombrado gerentes extranjeros con experiencia en el ramo.

También se ha enviado al Congreso un proyecto de ley que reduciría los gastos en todos los ministerios, menos Educación (“moderar otros gastos”).  ¿Será eso lo suficiente para “lograr la consolidación fiscal gradual”, ¿o tendrán que tomarse otras medidas, como el aumento en la tarifa eléctrica? algo previsto para el segundo semestre de este año en la carta de intención de finales del 2009.

En la revisión del acuerdo en marzo del 2010 el equipo económico del gobierno mantuvo el compromiso del aumento tarifario.

El FMI, siguiendo los lineamientos de su política general anticíclica, de estimular la demanda mundial a través de déficits presupuestales en los países emergentes, para amortiguar los efectos de la crisis internacional, en su acuerdo con nuestro país de octubre pasado nos permitió un fuerte déficit fiscal para principios del 2010, que fue financiado, entre otras formas, por un extraordinario aumento en nuestra deuda externa equivalente al 23% de la deuda total.

Eso, por supuesto, convino al PLD en su proceso electoral.  La economía creció mucho, el desempleo se redujo y la inflación fue muy moderada. Sin embargo, en la revisión del acuerdo que se hizo en marzo se evidenció que se había sobrepasado el déficit del gobierno central con relación al tope. El programa preveía una expansión del déficit fiscal hasta junio del 2010 y luego una reducción del mismo llegando a un superávit en el 2011. 

Eso significa que para cumplir con el FMI tendría que presentarse al Congreso un presupuesto con superávit para el 2011 y también para el 2012 para así compensar los excesos del 2009 y el 2010.

La deuda pública, tanto externa como interna, como por ciento del PIB también comenzaría a reducirse, pero tan sólo a partir del 2014.

El gobierno ya ha anunciado que el año que viene emitirá bonos soberanos por US$500 millones. ¿Cómo justificar eso ante el objetivo de un presupuesto en superávit? Tan sólo si la amortización de la deuda, tanto interna como externa, excede los US$500 millones, pues así no habría déficit. Alternativamente tal vez el gobierno convenció al FMI de permitir otro año deficitario en el 2011 bajo el argumento de que la situación mundial exige seguir con la política anticíclica. Pronto sabremos.

Mientras tanto dedicamos el 43% de todo lo que se recauda en impuestos a repagar la deuda, el grueso de la cual tiene un perfil duro, pues vence en los próximos 7 años.

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