El primer año de Danilo

El primer año de Danilo

Al llegar al primer año de su gestión de gobierno, el presidente Danilo Medina arriba a un nivel de aceptación popular que se aproxima a un 80 por ciento, lo que demuestra un gran éxito gubernamental.

            Sus visitas sorpresa, su preocupación personal y directa por la atención de los requerimientos de numerosos sectores productivos, su decidida defensa del interés nacional ante el contrato minero, su énfasis en el fomento del sector de la pequeña y mediana empresa, son algunos de los elementos que contribuyen al éxito de su gobierno en ese tiempo.

Recuerdo que a mediados del año 1997, en una suite de un hotel del centro de Manhattan en la ciudad de Nueva York, entonces vicecónsul en esa ciudad, y coordinador de su visita presidencial, le dije al entonces Presidente Leonel Fernández: Presidente, si usted no se va a reelegir, apoye a Danilo Medina, quien estaba a mi izquierda, mientras Leonel autografiaba algunos de sus libros.

            El entonces Ministro de la Presidencia, se sorprendió. Le dije al presidente que Danilo y yo somos primos, del lado de mi madre, cuyo segundo  apellido  es Sánchez, y la mamá de Danilo también es de apellido Sánchez. Leonel se sorprendió del parentesco. Y me dijo que no lo sabía.  Pero quedó en un profundo silencio ante mi propuesta.

            No escatimé ningún esfuerzo para integrarme a la campaña de Danilo en el año 2000. Cada semana le llevaba un informe,  con un análisis de la coyuntura política nacional y con sugerencias específicas. 

            Después, cuando Danilo Medina tenía cerca de 14 puntos en las encuestas por debajo del candidato opositor, gestionamos en octubre del 2011 que el presidente de Colombia lo recibiera en su despacho.  Y logramos esa visita.  Y dimos la señal que a un el  candidato teóricamente derrotado apareciera como  potencialmente ganador. Y también organicé un acto público  y  presenté a Danilo, por mi fe en Dios y en él,   como el próximo presidente dominicano. 

            De camino al aeropuerto, aproveché y le puse a mi madre Idalia desde Bogotá y ella en New Jersey  al teléfono a Danilo. Ella estaba muy enferma. Pero sabía que eso le daría ánimos. Y Danilo saludó también a otros parientes. Había que asegurar el voto de mis parientes. Y la familia sureña  estaba entusiasta con tener un presidente de Arroyo Cano.

            Al llegar  al primer año de su gestión, con una aceptación popular muy alta, creo que mi madre -y mi familia-  no se equivocó  de salir del hospital en un estado convaleciente   para votar por Danilo Medina.

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