El primer año

El primer año

UBI RIVAS
El primer año del segundo mandato constitucional del presidente Leonel Fernández que arriba hoy, idéntico al anterior, se aprecia una manifiesta indisposición de aplicar la autoridad para superar los principales retos de la sociedad dominicana. Aunque conforme al sondeo de Gallup-HOY que se insertó la semana pasada en varias entregas endosa al presidente Fernández una cuota de respaldo y/o simpatía de un altísimo 68%, es decir, once puntos más que el resultado electoral que le catapultó por segunda vez al solio presidencial el año pasado en los comicios de mayo 16, hay un 61%, conforme a esa encuesta, que percibe mala la economía.

Que mientras un 61% clama por una mejoría sustancial en alcanzar los alimentos vitales para sobrevivir, apenas un 4% reclama acciones contra actos proditorios incurridos en el estamento burocrático estatal, es decir que los apelativos del estómago superan muy mucho los de la conducta sin tachas.

Hay una percepción, en efecto, de los encuestados, de un 85% de que no se acorrala la corrupción denunciada que presumiblemente se incurrió en la administración perredeísta anterior, que delata una ausencia de decisión política para encauzar y/o procesar con rigor los acusados.

El Banco Central identifica en apenas un 1.43% acumulada toda la inflación de este año, empero, reitero, el 61% no lo aprecia de esa manera y el hecho de que el INESPRE, a un año, no haya realizado los operativos semanales de mercados de productores que evidentemente fue uno de los logros señalados escasos del gobierno anterior, posiblemente sea causante de la impaciencia y el reclamo de la ciudadanía en accesar a los alimentos de la canasta familiar a precios reducidos, más bien, subsidiados.

La ciudadanía se queja de los prolongados cortes del servicio eléctrico, que dispone de una capacidad instalada de 2,600 megas y la demanda en horas pico es de la mitad, 1,300 megas, pero el presidente Leonel Fernández asombró al país cuando el día once del presente mes denunció que el 47% de los ricos burlan el pago correcto de sus facturas eléctricas, no los pobres, como mentirosamente venía pregonándose desde hace mucho tiempo.

Los pobres pagan más energía puntual que los ricos porque no disponen de plantas eléctricas ni inversores, y quieren que el único suministro de energía les llegue confiables y por eso la inmensa mayoría paga el servicio como he atestiguado siempre.

Evidente decisión política para superar esa instancia. El problema enorme y peligroso de la marea negra o haitianización acelerada y silente del país se corrige grandemente con solo aplicar el decreto 268 que define la política migratoria del Estado dominicano y si no se ha aplicado es por también evidente indecisión política.

Idéntico acontece con la polución acústica, visual y de sólidos en ciudades las dos primeras y en ríos y costas la segunda, sin que nada espectacular se haya realizado en verdad en el primer año de gobierno del presidente Fernández, evidenciando una ausencia total de voluntad política para superar esa gravedad terrible que pende sobre el país. No se ha identificado un proceso de reforestación en las cuencas degradades de nuestros principales fluentes para incorporar así una de las alternativas a la reducción de importación de crudos que este año con petróleo por los US$65 el barril ascenderá a unos US$2,700 mm, en energía hidráulica, y apenas se vislumbran proyectos de energía solar y eólica para aminorar la factura petrolera, estas dos variantes urgentes.

Debido a que como se aprecia la ausencia de voluntad política es la terapia y el Sésamo Abrete para conjurar los retos, la denuncia está hecha.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas