El primer deber del escritor de calidad

El primer deber del escritor de calidad

El primer deber de un escritor de calidad no es únicamente inventarse una obra de ficción y orientar políticamente su sentido en contra del poder y las ideologías de época, como lo ha hecho Luis López Nieves en “Seva” y los demás textos publicados hasta hoy, sino también lograr, a través del ritmo, una obra bien escrita que pulverice los mejores textos de los autores que se arriman a la sombra de la política del signo.

Escribir bien, mejor dicho, muy bien es entonces, junto a esa orientación política del sentido de la obra, la gran tarea y el deber primario y la hazaña del verdadero escritor. Para examinar las obras de López Nieves  y ver si responden a este doble postulado, he seleccionado, de las decenas de recepciones apoteósicas de “Seva”, la de José Luis González, reproducida en el libro: “Seva está muy bien escrito, es magnífico. Es el trabajo de desmitificación más importante que se ha hecho en este país en las últimas décadas.”

Ya el lector sabe que “Seva” es un cuento bien cien por ciento salido de la imaginación de López Nieves, donde orienta políticamente el sentido en contra del poder y sus instancias que reproducen de continuo un discurso oficial que legitima la intervención militar norteamericana del 25 de julio de 1898 como el hecho glorioso de la historia de Puerto Rico.

La tarea de López Nieves ha sido la invención de una mini epopeya ocurrida el 5 de mayo de 1898 donde el pueblo de Seva (inexistente en la realidad opone una feroz resistencia a la invasión norteamericana lanzada por Guánica en aquel julio de 1898 y que no encontró ninguna resistencia armada, sino la indiferencia del pueblo común  y el entreguismo de las clases finas que ya estaban acostumbradas al colonialismo español, al cual le habían arrancado una autonomía que no se practicó porque España prefirió, según las palabras del general Martínez Campos, entregarle Puerto Rico a los Estados Unidos antes que ver la independencia de la isla. El trauma de Cuba fue decisivo. Los imperios se entienden entre sí.

Antes de pasar al punto del buen escribir, es preciso entonces pergeñar algunos rasgos comparativos ente los personajes de “La sangre ajena” con respecto a “Seva”. La construcción del sentido en “Seva” está orientada políticamente a desestabilizar la creencia de que el puertorriqueño no desea la independencia. Los personajes que le dieron el frente a la ficticia invasión norteamericana del 5 de mayo son los protagonistas de la futura conciencia política nacional, política y de clase en Puerto Rico.

Pero en “La sangre ajena” los personajes de los doce cuentos simbolizan la ausencia total de la trilogía necesaria para la fundación de un Estado nacional.

¿Por qué autoanalizo mi obra y hago el estudio comparativo con “Seva” y otros textos de López Nieves? Porque, como Freud y otros tantos escritores lo han hecho, en ausencia de críticos literarios o escritores lúcidos que les sustituyan en la práctica analítica en contra de la política del signo, me veo en la obligación de explicar los procedimientos rítmicos de “La sangre ajena”.

Así como el Dr. Víctor Cabañas y el narrador Luis encarnan la lucha de la pequeña burguesía puertorriqueña a partir de su propia conciencia política, los personajes de Doña Lucha y Don Ignacio encarnan al campesinado que guarda en la memoria los sucesos de Seva. Son la simiente simbólica de la futura independencia de Borinquen.

Pero en “La sangre ajena”, el personaje del primer cuento “La guerrillera” encarna la lucha y los valores del mundo hatero a través de la vinculación del personaje femenino con el proyecto de Santana y la Anexión. Todos son personajes pequeño burgueses, con excepción del burgués de “El banquete”, quien simboliza al industrial encadenado al patrimonialismo practicado desde el Estado gobernado por la pequeña burguesía carente de conciencia política, nacional y de clase.

Por ejemplo, en “Epalyá”, el personaje pequeño burgués, hijo de un general santiagués de la montonera, es un sicópata. En “Cuento con dos hechos” hay un trabajo de la ambigüedad literaria ente el sustento “cuento” y  “cuento”, verbo en presente de indicativo del verbo “contar”  y la teoría del cuento de Juan Bosch. Las dos mujeres protagonistas del cuento y los personajes que dan motivo a su admiración son dos sicarios de la dictadura corrupta de Báez de 1868 a 1873. Pero es también un homenaje a la escritura de Borges y Pedro Vergés en “Sólo cenizas hallarás”.

En “Una víctima de la tiranía” se simboliza el oportunismo ciego de la pequeña burguesía a través de la historia dominicana de 1844 hasta hoy. El personaje femenino es una continuidad de Constancia del Fresno. Pero “En el planeta Legom” se plantea un problema literario: a través de un juego de palabras, pues Legom es el Golem al revés, mito que simboliza a los judíos pequeños burgueses en la historia dominicana, los cuales, al provenir en su mayoría de Curazao y otras islas del Caribe, han tenido más atisbo de lo que es una sociedad burguesa, aunque han sucumbido al patrimonialismo y al clientelismo de los políticos criollos. Y quedan subsumidos a través del comercio, la escasa industria, las finanzas, el arte y la literatura al proyecto de dominación imperial norteamericano y su ideología, valores, patrones de consumo y visión culturalista.

En síntesis

El porqué

¿Por qué autoanalizo mi obra y hago el estudio comparativo con “Seva” y otros textos de López Nieves? Porque, como Freud y otros tantos escritores han hecho, en ausencia de críticos literarios o escritores lúcidos que les sustituyan en la práctica analítica me veo en la obligación de explicar los procedimientos rítmicos de “La sangre ajena”.

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