El primer dominicano que tocó un fagot en RD

El primer dominicano que tocó un fagot en RD

Fue el primer dominicano que tocó un fagot, instrumento musical “que siempre ha tenido escasos ejecutantes”. Pero también era pianista, clarinetista y organista de iglesias. Estuvo entre los fundadores de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, en 1932, y de la Orquesta Sinfónica Nacional, en 1941.

Se desempeñó como maestro en el Conservatorio Nacional de Música, dirigió bandas y academias musicales en los distintos pueblos donde vivió, y sobresalió acompañando compañías de zarzuelas, óperas y operetas procedentes de Europa y países de América Latina en funciones celebradas en Puerto Plata, Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, Santo Domingo y San Pedro de Macorís.

El insigne artista Ramón Díaz Freeman formó generaciones de músicos. Dejó a la posteridad no solo piezas románticas, religiosas, inspiradas en el amor y la belleza. Es el autor de la letra y la música de los himnos de la Universidad de Santo Domingo, del Partido Dominicano y de la Orden de las Hermanas Mercedarias.

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Además de dos “Marchas heroicas” para gran orquesta, compuso “Escenas bíblicas”, para voz y órgano, basadas en temas gregorianos, así como varios villancicos entre los que se destacan “Celebremos jubilosos”, “En el portal de Belén” y “Llega la Navidad”. Es autor de la sinfonía “Nuevo mundo”.

“De varios poemas de Fabio Fiallo compuso hermosas obras musicales, como “Plenilunio” y “Esquiva”; de otro poema de Ramón Emilio Jiménez creó “La inocultable” y del poeta Sócrates Barinas Coiscou arregló preciosas canciones”, consigna Ramón Puello Báez en “Crónicas de San Cristóbal”, lugar donde pasó Ramón Díaz Freeman sus últimos años y donde es recordado por discípulos y por las retretas dominicales que organizaba y dirigía en la glorieta del parque central del lugar con la banda de música que fundó en 1933.

Puello Báez narra cómo el dictador Trujillo, fascinado por la organización y la calidad de esta Banda Municipal, “la convirtió en militar, enrolando a sus miembros en el Ejército, designando al profesor Díaz segundo teniente y asignándola a la Fortaleza Ozama”.

Estudioso, autodidacta

Aunque Ramón fue mayormente autodidacta, desde joven estuvo tras la búsqueda de músicos reconocidos para aprender de ellos. En 1917, con apenas 16 años, se trasladó a Santiago “donde comenzó estudios de teoría y solfeo con José Ovidio García quien dirigía el “Centro Lírico Rafael Ildefonso Arte”, y lo animó a estudiar fagot para incorporar ese instrumento a dicha institución.

En una entrevista para Ultima Hora, Díaz relató que el presidente Eladio Victoria obsequió en 1912 un fagot al Centro, que pasó por las manos de varios aprendices, pero nadie supo tocarlo. Permaneció años sin uso. Y en 1924 le cupo a él la gloria de tocarlo por primera vez sin contar con maestro que le enseñara. “Era difícil su interpretación y por ello tantos habían desistido”, declaró. Tenía 17 años cuando lo tocó en la Banda de Música de Santiago.

En su libro “Por amor al arte” Arístides Incháustegui afirma que “su debut como fagotista fue con la obertura “Coriolano”, la Quinta Sinfonía de Beethoven y la Rapsodia Húngara Número 2, de Liszt”.
A partir de 1922 dirigió en Salcedo la Academia de Música “La Filarmónica”.

El prolífico artista nació en Puerto Plata el 30 de enero de 1901.

Entre sus primeras obras está el vals “Flor naciente”. Posteriormente escribió “La leyenda de la aldea”, instrumentado por José de Jesús Ravelo; un minuet y dos Marchas heroicas para gran orquesta.

Significa Incháustegui que probablemente por poseer muy buena voz se sintió atraído por la música vocal y “a través de ella es que logra su mejor expresión de amor a la belleza. Fue uno de los primeros dominicanos en estudiar a fondo la forma lied (canción romántica)”.

Estuvo casado con Francisca Peralta, madre de sus hijos Francisco José, Leonora, Ramón Augusto, Elsa María y Alfredo Díaz Peralta. De un primer matrimonio es su hija Antonia Díaz Zimmerman. Ramón Augusto se ha distinguido como pianista.

Son escasas las fotos del destacado maestro.

Ramón Díaz Freeman Falleció en San Cristóbal el 29 de abril de 1976.

La calle

La calle Ramón Díaz Freeman es la antigua “P ” de Altos de Arroyo Hondo. Tanto en el rótulo como en la resolución el apellido aparece incorrectamente como Friedman.

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