El primer gobierno de Leonel y los restantes

El primer gobierno de Leonel y los restantes

En nuestra entrega anterior (“Los dos primeros años de Hipólito”) presentamos cifras que revelan, contrario a lo que se pretende vender, la administración de Hipólito Mejía no pudo sostener los altos niveles de crecimiento con estabilidad heredados de la primera administración de Leonel Fernández, que no hubo tal manejo presupuestario prudente pues desde el 2002, antes de las crisis bancarias, incurrió en déficit fiscal (2.34% del PIB), que el nivel de la nómina fue 1.7 veces la actual (6.3% vs 3.7%) y en materia de gasto social, antes del colapso bancario, quedó por debajo de la presente gestión.

Es bueno recordar  que en la primera administración Fernández se logró superávit presupuestario en el 1997, 98 y solo en el 1999, por efecto del alza petrolera y la inexistencia de una ley de combustibles, se presentó un déficit por RD$1,680 millones (apenas 0.49% del PIB), y ese gobierno entregó el 16 de agosto del 2004 con un superávit cercano a los RD$2,500 millones; mientras la deuda externa se redujo en US$217 millones.

¿Porqué ese mismo manejo superavitario y de la deuda externa no se replicó en los actuales periodos?

En la segunda etapa la administración del Presidente Fernández heredó un déficit superior a los 30 mil millones (equivalente al 3.4% del PIB) y en el 2005 lo redujo a RD$6,532 millones (0.64 del PIB), en el 2006 hubo un déficit de RD$12,978 millones (1.09% del PIB), en el 2007 hubo un superávit de RD$1,624 millones, con un superávit primario equivalente al 1.35% del PIB; en el 2008 un déficit de RD$54,994 millones (3.4% del PIB) y ese déficit se redujo al 2.4% del PIB en el 2010 y se proyecta en 1.6% del PIB para este año, a pesar de la escalada mundial de los precios.

Esta administración heredó una grave crisis económica en el 2004 y se manejó hasta el 2008 en un primer programa con el FMI que le permitió estabilizar la economía y reducir el déficit hasta llegar en el 2007 a un superávit. A finales de ese año el país fue azotado por tres tormentas causantes de pérdidas que obligaron a gastos extraordinarios y en el 2008, el más grave choque mundial de los precios, obligó a una política de subsidios a productores y consumidores, con un déficit en cuenta corriente que llegó al 9.7% del PIB, el cual necesariamente debía financiarse en buena medida con financiamiento externo. En el 2009, el nuevo programa con el FMI, aplicando la política de estímulos fiscales patrocinada por el G-20 y el FMI, permitió replicar el mismo déficit de 3.4% del PIB.

De esta administración no haber echado mano del endeudamiento externo y del aumento del déficit fiscal, autorizado por el FMI, sin dudas (y no estoy pensando en Keynes) que el costo social de estos choques externos hubieran sido sumamente graves para las mayorías; y a pesar de ese entorno internacional adverso, este gobierno ha podido en estos siete años mantener el gasto social, invertir en aulas y en plantas hospitalarias, incorporar 1.8 millones en el régimen subsidiado de la seguridad social; 759 mil hogares en el programa solidaridad,  invertir en infraestructura a lo largo de todo el país, además de preservar el crecimiento con estabilidad.

Lo más importante no es todo lo que se ha hecho, sino lo que se ha evitado en esta gestión, y debíamos preguntarnos: ¿qué sería del país con estos graves choques externos en manos de una administración carente de la capacidad y de la confianza de los mercados y los agentes económicos?

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