El principal reto

<p>El principal reto</p>

La necesidad de elaborar un proyecto de nación o una agenda nacional ha  sido planteada en diversas oportunidades por personalidades y sectores con suficiente autoridad para hacerlo.

La más reciente de estas invocaciones está contenida en la Carta Pastoral emitida por el Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) con motivo del Año Nuevo.

En términos generales, el nuestro es un país reactivo, que responde a las circunstancias internas y externas pero que carece de una propuesta con metas específicas a plazos definidos.

Así las cosas, el país tiene ante sí numerosos retos ante los cuales reacciona en función de los criterios de quienes ocupan turno en el poder, no en base a una planificación a largo o mediano término que tenga entre sus premisas principales la validez de la continuidad del Estado.

Vivimos de políticas de contingencia, de enfrentar coyunturas y del inmediatismo, y frecuentemente abandonamos a mitad de realización iniciativas que pueden ser importantes para la buena marcha del país.

Lo que el  CODUE está planteando es una actuación con criterio de continuidad y planificación en diversos ámbitos de la vida nacional, con criterios que se correspondan con un proyecto de nación sustentado en una agenda nacional.

Los inmediatismos y las soluciones de coyuntura nos han perjudicado bastante en todo momento. Es necesario que definamos qué país queremos y que planifiquemos y actuemos en consecuencia.

Nuestro forma de proceder sin la debida planificación ha perpetuado problemas tan serios como el de la energía eléctrica, la corrupción; la baja calidad de la enseñanza y el desempleo, por solo citar algunos.

La necesidad de planificar para largo término no está dada por las coyunturas y las circunstancias, sino porque la pervivencia del Estado reclama un ejercicio indelegable de continuidad.

La necesidad de desarrollar el país y el contexto de globalización económica nos obliga a concebir el proyecto de nación que queremos.

Banco Popular

El Banco Popular arriba a los 44 años, durante los cuales ha consolidado una mística de servicio y una confiabilidad que le han hecho merecedor de reconocimiento nacional e internacional.

El volumen y diversidad de sus negocios le acreditan un lugar cimero en el sistema financiero nacional.

Desde que fuera fundado por un grupo de emprendedores ciudadanos hasta nuestros días, el Popular, como se le conoce, ha mantenido una línea permanente de desarrollo y consolidación.

Sus éxitos en el plano local, como banca corporativa, le han permitido proyectarse y establecerse en el exterior, ganando merecido reconocimiento de firmas calificadoras de riesgos y encargadas de dar seguimiento al comportamiento de la banca.

El Popular es un sinónimo de confianza del que debemos sentirnos orgullosos.

Nuestros parabienes para esa entidad y su staff ejecutivo.

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