El problema eléctrico

El problema eléctrico

3 de 3
En nuestro artículo anterior, citábamos que el presidente  Danilo Medina dijo que se propone instalar no menos de 1,500 megavatios de energía eléctrica a bajo costo, además de ampliar la utilización de facilidades fiscales y financieras para el uso de fuentes de energía renovable, entre otras medidas, que incluyen eliminar o reconvertir las unidades de altos costos de generación e impulsar el financiamiento adecuado del sistema de redes.

Hay alternativas para producir energía a bajo costo, entre las cuales se citan las hidroeléctricas, las fuentes eólicas y la solar. Y, según algunos, las plantas de carbón, cuyo funcionamiento dependería del carbón mineral importado, puesto que aquí no lo tenemos.

Las tres primeras alternativas no contaminan; por lo tanto, no hacen daño al medio ambiente, que todos debemos proteger. Las plantas de carbón, sin embargo, tienen como materia prima la que es la más sucia de todos los combustibles, ya que genera la mayor cantidad de dióxido de carbono, que afecta considerablemente la salud de los seres humanos.

La instalación de una sola planta de carbón de 250 megavatios, seis veces menos que las anunciadas, dañarían 50 mil hectáreas a su alrededor, quedando las tierras totalmente infértiles en un período de largos años.

Como resultado de la operación de tales plantas, se genera lo que se llama “lluvia ácida”, que daña la agricultura productiva precisamente en momentos en que se lucha para fortalecer la seguridad alimentaria.

Pero además, provoca deterioros en el ambiente e incluso daña monumentos que son patrimonios de la Humanidad.

Si observamos el mapa orográfico de la isla, encontramos que hay una enorme cantidad de arroyos con escurrimientos permanentes, en las diferentes cordilleras que recorren nuestro territorio de Este a Oeste. Sería interesante saber si los organismos del Estado que manejan el agua han hecho los aforos correspondientes en esos arroyos, para determinar sus caudales  y bajarlos entubados  al fondo de los valles y así poder generar energía, de un monto que dependerá de la diferencia de altura entre la fuente primaria y la planta que se  construya.

Si se toman en cuentan estas sugerencias, sin duda alguna se reduciría el uso de petróleo y carbón que no producimos, cuya importación constituye en el primer caso una enorme sangría de dólares difícil de resistir por mucho tiempo para un país pobre como el nuestro, lo que implica una enorme dependencia que involucra nuestra soberanía.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas