El problema haitiano

El problema haitiano

El vecino Estado de Haití ha resultado el mayor de los problemas concerniente a preservar nuestra soberanía territorial, desde que el 27-2-1844 los dominicanos decidimos sacudirnos de la coyunda dominante de 22 años de nuestros calamitosos vecinos, y que nos costó en doce años 1844-1856, un total de 29 batallas, pleitos y escaramuzas que ahora se desvanecen con la presencia de unos dos millones de ilegales de ese país en el nuestro.

Unos dos millones de ilegales haitianos que empezaron a invadirnos pacíficamente luego del presidente Joaquín Balaguer, que siempre trató a los haitianos como debe de ser, y que los gobiernos posteriores soslayaron su encomiable nacionalismo.

El periódico El Nacional del día siete de este mes comenta que en la encuesta diaria publicada la víspera, un 81% de los censados admitió que existe temor de repatriar a los haitianos ilegales residentes en nuestro país, y el 65% respondió el país  no asume una posición digna frente a Haití alusiva a la peligrosa masiva presencia de sus nacionales ilegales residiendo aquí.

El Caribe del día diez del cursante mes, inserta un trabajo del economista Joseph Harold Pierre, donde grafica que las exportaciones nuestras hacia Haití en 2012 fueron de  US$1,125 millones formales y US$612 millones informales, que suman US$1,737 millones, y  representa el segundo socio comercial nuestro, superado por EEUU.

Es una referencia importante que, empero, no debe acostumbrarnos a que será para siempre igual, porque los intereses de los países, como de las personas, varían, y Haití nos lo ha demostrado, primero con el salami, luego con los pollos y huevos, y conforme una nota que inserta El Caribe del día nueve de este mes, ahora con las grasas comestibles, los jugos enlatados y los vasos plásticos. Aprendamos y recapacitemos.

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