Las estadísticas dicen que se está logrando el objetivo de aumentar la recaudación mediante la lucha contra la evasión y elusión fiscal, resultado de la aplicación del nuevo programa de prevención y reducción del fraude, que incluye, además de la campaña de educación al contribuyente, la ampliación de la base de datos que ha mejorado la capacidad de cruzar informaciones para identificar agujeros fiscales. La Dirección General de Impuestos Internos (DGII) se la ha puesto difícil a los que innovan trucos para no pagar.
Una manera de medir su efectividad es analizando los cambios en la cantidad de contribuyentes y en la recaudación de los diferentes impuestos (ITBIS, Sobre la Renta, Sucesiones y Donaciones, Patrimonio Inmobiliario y a Vehículos de Motor).
Los datos publicados de enero-octubre 2017 nos dicen que ha sido exitoso, por lo menos con el impuesto a sociedades y otras corporaciones. Mientras la recaudación total creció dos dígitos, el aporte de las sociedades fue muy superior, interanual se expandió en 21.4%. Comparando este aumento con el de los mismos meses de 2016, que interanual creció 8.7%, y con la fuerte caída de 15.7% en 2015, se refuerza el criterio de que se avanza en la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, lo que se traduce en reducción de la economía sumergida, porque la correlación es positiva. Como es nuestro caso, cuando la brecha fiscal es grande, coexiste con una importante economía sumergida.
La tentación de la evasión y elusión fiscal crece cuando hay mucho dinero de por medio. Se aclara, no es lo mismo evasión, que es ocultar ingresos y/o inventar gastos, que elusión, práctica esta de multinacionales. Lo que no es ilegal, se aprovechan de recovecos, vericuetos legales, deducciones, bonificaciones fiscales o como se llame, para reducir la factura fiscal. Por esos conceptos el fisco en todos los países pierde mucho dinero. Aquí también. Un verdadero filón que debe reducirse en la reforma fiscal integral pendiente para 2018.
No es fácil cuantificar lo que perdemos por evasión y elusión fiscal. Sin embargo, para que el lector tenga idea de su magnitud entrego el siguiente estimado. Magín Díaz informó que la Cepal lo había situado en 42.9% para el ITBIS y en más de 60% el impuesto a las sociedades y otras corporaciones, ambos con respecto al PIB y a la recaudación potencial.
Como el dato aun no se publica, asumo en 35% la participación en el PIB corriente del Excedente de Explotación Bruto (se asimila como beneficios de los negocios), para estimar en RD$145 mil millones los impuestos de sociedades y otras corporaciones filtrados por el sumidero de la evasión y elusión fiscal en 2016.
Y en RD$95 mil millones en caso de que fuera menor (25%) la participación de los beneficios de negocios en el producto. Dicho con otras palabras, la pérdida osciló entre 4% y 2.8% del PIB en 2016. Como dije, mucho dinero.
Pérdida esta que tampoco es fácil descomponer en cuánto por evasión y cuánto por elusión fiscal. El ejercicio lo puedo hacer, pero no tengo espacio. Solo me resta decir que toma tiempo reducirlos drásticamente y que ambos presionan a los que sí tributan. Todos ganamos apoyando la ejecución del programa.