El proyecto ecoturístico  La Sangría es una nueva oferta

El proyecto ecoturístico  La Sangría es una nueva oferta

RINCÓN,  Samaná.-  Desde la ciudad cualquiera se imagina como  es la vida del campo en la República Dominicana. Como se cultiva un conuco,  como se ordeña una vaca o como se duerme en una casita de tabla y cana en medio del follaje y  bajo el arrullo de las aves  y de los pajaritos. 

Alguien que haya  habitado en una comunidad rural  lo podría explicar con palabras, pero no es igual que vivir la experiencia de manera personal. Eso lo confirman los que han tenido el privilegio  de conocer la vida campesina a través del proyecto ecoturístico Ecocampo La Sangría, ubicado en el pequeño poblado de Los Tocones, en Las Galeras de Samaná  y a pocos minutos de Playa Rincón, considerada por publicaciones especializadas como una de las diez mejores playas del mundo.

Se trata de un original  proyecto ecológico, alimentado con energía solar,  que cuenta con siete  cabañas hechas en madera y cana,  rodeadas de flores,  cocoteros, palmeras y frutales, separadas unas de otras,  lo que  permite a los visitantes  sentirse en un ambiente tranquilo y en  total privacidad.

Certificado por “Dominican Treasures”.  La Sangría ha recibido en abril pasado la certificación de “Dominican Treasures”, un  acreditado reconocimiento que se otorga a los productos y servicios turísticos dominicanos que cumplen con estándares de calidad y sostenibilidad basados en los criterios globales de turismo sostenible. La certificación  es auspiciada por el  Consorcio Dominicano de Competitividad Turística (CDCT). Mientras que las opiniones que expresan los visitantes de este proyecto a través de la  publicación Tripadvisor, coinciden en  definirlo como excelente

Esencia del campo dominicano.  En La Sangría  se ofrece a los visitantes la  oportunidad  de participar en actividades sencillas, desde ordeñar una vaca, hasta plantar en el conuco y cosechar los frutos. Cocos, mangos, naranjas, limones, aguacates, chinolas, lechozas y  piñas, abundan en el terreno del proyecto para el consumo ilimitado de los huéspedes.     

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Su dirección

Este peculiar  establecimiento es dirigido por una    mujer, que combina en su personalidad la belleza de la mujer del Caribe, la fortaleza  y la bondad del campesino dominicano, y al mismo tiempo la notable pericia de una profesional especializada  en  el área de la administración turística.   “Hemos tratado de mantener el ambiente lo más natural posible, y que la rutina diaria del campo fluya como un día normal del campo, sobre todo queremos que nuestros huéspedes se sientan parte de nuestra comunidad durante su estadía. Que experimenten lo que es la vida rural, y que al mismo tiempo aprecien las maravillas y dificultades que significa vivir en el campo”, explica María Cristina al describir el proyecto.

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