El PRSC al zafacón de la historia

El PRSC al zafacón de la historia

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Sin dudas que el cuerpo celeste del doctor Joaquín Balaguer debe estar sacudiéndose con gran inquietud en su descanso eterno por el derrotero que ha tomado su partido, cuando el pasado día 6 se le clavó el último clavo al ataúd para sepultarlo en el zafacón de la historia, después de arrastrar una penosa actuación desde que muriera el estadista hace poco menos de cinco años.

La muerte del doctor Balaguer desató con furia todas las ambiciones de sus más connotados dirigentes que de inmediato se colocaron bajo la sombra del poder reinante, para convertirse con el eufemístico nombre de partido bisagra, dejando huérfana a la inmensa masa silente que había sido la responsable en cada una de las elecciones en que el estadista salió triunfante para mantenerse en el poder por 22 años. El país ha contemplado con sorpresa de cómo leales y fervorosos balagueristas cambiaban de chaqueta para disfrutar las mieles del poder, ya que la tesis predominante en ese grupo era que habían estado fuera del presupuesto estatal por más de una década y necesitaban el aire fresco y retributivo que se respira en las alturas, y más cuando se les recompensaba con generosidad, compasión y permisividad de hacer lo que algunos hacían durante el largo período que el doctor Balaguer estuvo con vida y en el poder.

Desde ese cambio de estrategia hacia la sumisión, en que el bolsillo dominó las aspiraciones de una patria mejor y para su engrandecimiento con un desarrollo armónico y sostenido, los reformistas, en desbandada, dieron un modelo lamentable de abdicación de las ideas, al lograr un lejano tercer lugar en las elecciones del 2004. Ese resultado fue la señal de que se estaba en el inicio de un largo proceso de agonía que ha culminado el pasado día 10 cuando el dinero se impuso por encima de lo poco que quedaba de buenas intenciones. Y el sendero adecuado de la masa silente se ha desintegrado, que por años había visto en el PRSC su tabla de salvación, frente a los extremismos, tanto en la voracidad para dilapidar recursos del PRD, o los temores que generaron en un tiempo las ideas innovadoras de izquierda que ofrecía el PLD, pero que al final de cuentas son todos más de lo mismo como sentenciara un respetable sacerdote, apreciado por su feligresía.

La evolución de las primarias reformistas anunciaban una derrota para Eduardo Estrella, que pese a lo innovador de sus spots televisivos y su mensaje de barricada en contra del Presidente actual, no pudo penetrar la barrera infranqueable que se había erigido en su contra dentro de su partido, cuando con una oferta generosa de dinero y apoyo de sectores de los otros dos partidos mayoritarios, encumbró al político higüeyano que vende la imagen que no pierde elecciones. Además abrió generosamente su patrimonio para posicionarse como una fuerza con la que se va a negociar.

La posición de negociación que esparce el candidato reformista es una acción evidente, consciente de que careciendo de una fuerte  imagen de capaz y de estadista, que pudiera impactar en el electorado, debe hacer creer que sus recursos económicos son inagotables para colocarse como un aliado apetecible, ya sea por parte del candidato del PRD o del PLD.

El candidato del PRD ha tratado por todos los medios de sacudirse de las rémoras que le quedan de lo que fue el PPH y su nefasto gobierno, en que su mentor pretende no caer en el olvido; es probable que cometerá acciones que perjudicarían la posición que ocupa el candidato blanco. Este realiza un trabajo de limpieza ética e ideológica, ya que se percibe que una buena parte del electorado está desilusionado con el partido gobernante, que con su voracidad fiscal y los enfrentamientos internos entre importantes funcionarios, están dando una mala imagen de falta de coherencia y de autoridad, principalmente para atacar los problemas de la delincuencia y la constante alza de precios de importantes artículos de consumo, tanto comestibles como medicinales.

No obstante las desilusiones del electorado con el partido gobernante, el presidente Fernández conserva una elevada aceptación popular, manteniéndose aislado y por encima de las debilidades y yerros de sus colaboradores e impone una imagen de rectitud política, de sinceridad, muy difícil de ser derrotado. Entonces, el candidato del PRSC, pese a sus golpes de pecho que su candidatura es innegociable y es para llevar al PRSC de nuevo al poder, se estrella en contra de realidad de su conducta del pasado, lo cual indica que negociaría con los candidatos. Es casi seguro que sus preferencias se inclinarían hacia el PLD, ya que le debe estar agradecido por todo el apoyo que ha recibido por sus travesuras en la Liga Municipal Dominicana, apoyo que estuvo por encima de toda lógica política y hasta de lo que se estila de manipulaciones por debajo de la mesa.

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