El PRSC: archipiélago de intereses  individuales

El PRSC: archipiélago de intereses  individuales

Tal como habían advertido diversos dirigentes, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) tuvo que suspender la Asamblea Nacional en la modalidad de Primarias Generales Internas que había convocado para el 29 de este mes a fin de elegir a sus dirigentes nacionales.

 Parece predominar la convicción de que el partido colorado no está en capacidad de soportar una participación de toda su militancia en la elección de sus dirigentes y habrá que producir una reforma estatutaria para hacerlo mediante una asamblea de delegados, donde pueda alcanzarse una directiva de consenso.

 Pero hay quienes creen que para cuando ese acuerdo sea posible quedará muy poco de la otrora poderosa organización política convertida en un archipiélago de intereses individuales que compiten por servir al interés político del presidente Leonel Fernández a cambio de  prebendas.

Fracaso anunciado

Desde que a principios de mes el presidente y el secretario general del PRSC, Federico Antún Batlle y Víctor Gómez Casanova, convocaron para el día 29 las Primarias Generales Internas un coro de voces advirtió que ese evento estaba condenado al fracaso y que tendría que ser aplazado.

 El aplazamiento fue anunciado en la mañana del jueves por la doctora Rafaela Alburquerque, vicepresidenta del partido, actuando como presidenta de la Comisión Organizadora, por delegación de Quique Antún, quien se mostró comprensivo de la suspensión, consciente de que no se disponía de los elementos básicos para organizar una votación a escala nacional, que incluyen personal, un padrón de militantes, y recursos económicos para acopio de materiales, dietas y transporte.

 En conversación telefónica, el presidente del PRSC admitió que él y el secretario general habían formulado la convocatoria para cumplir con el mandato estatutario que  establece la elección en este mes, pero sin mayores expectativas de que fuera posible. Sostiene que desde el año pasado viene planteando que para garantizar  la elección de los dirigentes nacionales a través del voto de todos los militantes es imprescindible una reestructuración desde los organismos de base hacia arriba.

 La votación primaria es el método estatutario para elegir al presidente, tres vicepresidentes, el secretario general, 51 miembros de la Comisión Política y 120 de la Comisión Ejecutiva Nacional. El ingeniero José Osvaldo Leger, secretario de Organización y también miembro de la Comisión Organizadora de la convención, confirmó el aplazamiento y agregó que proyectan convocar para el 19 de abril una Convención Extraordinaria de delegados nacionales, unos 1,320, para que aprueben una modificación estatutaria que permita volverlos a reunir el 3 de mayo para escoger la directiva.

Consenso soñado

Desde la derrota electoral de mayo pasado los reformistas se propusieron adelantar la renovación de su dirección nacional, lo que en principio se programó para noviembre, pero fue aplazada para marzo por resolución de la Junta Central Electoral, la que al ser consultada dictaminó que había que agotar el mandato de la actual dirección.  El transcurso de cinco meses en vez de aproximar a los reformistas a un consenso sobre la forma de la elección y en torno a una plancha de consenso, los dividió más profundamente, sumiéndose en recriminaciones y acusaciones mutuas, en lo que alguien definió como un verdadero archipiélago de intereses individuales.

 Cuando Antún y Gómez convocaron la elección para el 29 de este mes, cosecharon una lluvia de impugnaciones, entre ellas la de Leger, quien entendió que esa decisión buscaba abortar la búsqueda de una dirección de consenso en la que diversos dirigentes estaban comprometidos. Pero con o sin consenso la elección no hubiese podido efectuarse este mes como mandan los estatutos.

 Muchos dirigentes creen que la débil estructura a que ha sido reducido el partido no soporta una votación primaria, sin sufrir nuevos fraccionamientos. Tienen demasiado pendientes las elecciones primarias de candidatos para los comicios del 2004 y 2008 que culminaron en divisiones. En la primera con la salida de Jacinto Peynado y sus seguidores, y en la última de Eduardo Estrella y los suyos. Viejos dirigentes coinciden con los que están retornando tras desertar en la última coyuntura electoral, en la necesidad de un acuerdo para escoger una dirección nacional de consenso que incluya a todos los sectores.

Un Caballo de Troya.  Pero el sueño de una reunificación de la familia reformista, acariciado  por todos los grupos, tropieza con los intereses individuales de los que disfrutan de parcelas de poder en el gobierno y de los que han recibido otro género de prebendas, como contratos de obras públicas y de suministros.  Se admite que la generalidad de los que han retornado o anuncian su disposición a hacerlo, operan como Caballo de Troya buscando una alianza definitiva, o una fusión  con el partido de gobierno, o más bien con el presidente Fernández, que estaría interesado en disponer de esa estructura partidaria para oponerla no sólo al Partido Revolucionario Dominicano, sino también, de ser necesario, al sector interno de Danilo Medina que persiste en buscar la próxima candidatura presidencial del PLD. Algunos de esos dirigentes, como Humberto Salazar, se han permitido anunciar que el presidente Fernández quiere ser una especie de padre de la reunificación de los reformistas.

 A cualquier observador le resulta extraño ese interés del mandatario que auspició el transfuguismo reformista mediante cargos gubernamentales y prebendas en el proceso electoral que culminó con su reelección. “Lo que quiere es mandarnos un gran Caballo de Troya”, dice con tristeza uno de los fieles y resignados dirigentes.

 Hay quienes promueven la vuelta del ingeniero Carlos Morales Troncoso, vicepresidente de la República entre 1986 y 1994 por el PRSC y actual canciller del gobierno peledeísta, quien junto al desaparecido Jacinto Peynado fue de las figuras con mayor respaldo para suceder el liderazgo balaguerista.

 Ésta misma semana el diputado Víctor Bisonó planteó la reunificación reformista en torno al canciller  Morales Troncoso, a quien considera una figura aglutinadora, confiado en  que con un relanzamiento del PRSC éste y otros dirigentes dejarían el gobierno y pasarían a la oposición, algo que ellos mismos nunca han anunciado.

Predomina el negocio.  Para ser relanzado el partido colorado precisa recuperar la identidad e independencia perdida desde que en 1996 su caudillo sacrificó a su candidato presidencial Jacinto Peynado para respaldar al doctor Leonel Fernández, candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) al objeto de impedir el ascenso al poder del líder perredeísta  José Francisco Peña Gómez. Desde entonces el PRSC aparece como bisagra o comparsa del poder. Una parte de sus dirigentes y cuadros fue atraída por cargos gubernamentales en el primer gobierno de Fernández, luego en el de Hipólito Mejía y desde hace casi 5  años de nuevo con el peledeísta. Para las elecciones congresionales y municipales del 2006, los reformistas decidieron aliarse con el PRD que ganó un virtual concurso público al que más ofreciera teniendo de competencia al PLD.

Dirigentes reformistas admiten que el principal escollo al propósito de relanzar el PRSC lo constituyen los intereses individuales. Llueven los intercambios de acusaciones de que estarían vendiendo lo que queda del reformismo. Algunos acusan a sus principales dirigentes de estar empeñados en “una carrera desenfrenada por sacar provecho con la aprobación del proyecto de nueva Constitución del presidente Fernández.” El apoyo reformista será fundamental para reunir las dos terceras partes de la Asamblea Nacional necesarias para aprobar cualquier precepto constitucional.

 Fernández retribuiría generosamente el respaldo reformista, sobre todo en algunos aspectos en que podría haber reticencia entre peledeístas, por ejemplo en la delicada materia del continuismo. Seguidores de Danilo Medina no esconden su propósito de introducir un artículo transitorio en la nueva Constitución para consignar que el actual mandatario no podrá repostularse en el 2012.

 Otro telón de fondo de negociaciones son las elecciones congresionales y municipales del próximo año. Ya se da por hecho que los reformistas no se expondrán a irse solos, para quedar en peor posición en el Congreso y los municipios, y casi todos piensan en aliarse ahora al PLD, por vía de su líder  Fernández, con la expectativa de así obtener el 5 por ciento de los votos que les permita volver a usufructuar la misma proporción de financiamiento estatal de los dos partidos mayoritarios, a partir del 2011.  Por más vuelta que se le dé, las perspectivas del PRSC no apuntan a una recuperación, sino  a una mayor dispersión, pues muchos de sus dirigentes  se disputan  prebendas que se ofrecen con la nueva Constitución y las elecciones legislativas y municipales programadas para dentro de 14 meses. 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas