El PRSC en vías de canibalización

El PRSC en vías de canibalización

Si algo demostraron los acontecimientos con que se inició la semana es que el balaguerismo sigue vivo en la sociedad política dominicana, aunque su partido, el Reformista Social Cristiano (PRSC) vive una prolongada agonía, sometido a un proceso de canibalización.

El apoyo ofrecido por una fracción del partido colorado al doctor Leonel Fernández, podría resultar contraproducente, por cuanto perjudica la candidatura del ingeniero Eduardo Estrella cuando empezaba a fortalecerse y podría empujar a otros sectores reformistas a buscar revancha en acuerdos con el partido de gobierno.

Pero en lo inmediato, lo que se ha presentado como reedición del Frente Patriótico que llevó al poder al doctor Fernández Reyna en 1996, fortalece la posición del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) cuya estrategia electoral es alzarse con la victoria en la primera vuelta para cerrar toda posibilidad de maniobras gubernamentales en una segunda.

[b]Un respaldo sorpresivo[/b]

Resultó sorpresivo el respaldo al doctor Leonel Fernández anunciado el lunes 22 por una parte de la dirigencia reformista que desde hace un año cuestiona la candidatura presidencial de su partido encarnada en el ingeniero Eduardo Estrella.

Más sorprendente por cuanto apenas hacía una semana que la principal figura de ese grupo, Carlos Morales Troncoso, había rechazado la candidatura vicepresidencial que le ofreciera el candidato del PLD.

El acuerdo lució precipitado al marginar a Jacinto Peynado, quien junto a Morales encabezaba un Consejo Presidencial paralelo en el partido colorado, así como a muchos de los seguidores del empresario que convalece de una prolongada enfermedad en Miami.

Esa circunstancia le confirió una menor categoría al apoyo, ya que se trata de una fracción de uno de los sectores en que quedó dividido el PRSC tras la elección primaria del 30 de marzo del año pasado.

Peynado reaccionó dando por disuelto el Consejo Presidencial y con ello la coalición que encabezaba junto a Morales, Donald Reid Cabral, Leonardo Matos Berrido y otros connotados dirigentes reformistas. Se reservó para más adelante fijar una posición definitiva de cara a los comicios de mayo próximo, aunque ratificando que nunca apoyaría al candidato oficial del partido.

En círculos allegados a la fracción que endosó la candidatura de Fernández se estima que Peynado se mantendrá neutral al menos para la primera vuelta electoral. También persisten dudas de que pueda retornar para reincorporarse a las actividades políticas antes de los comicios.

La convalecencia del exvicepresidente y candidato presidencial en 1996 se ha extendido más de lo esperado. En principio se había anunciado que estaría definitivamente en el país para las navidades. Luego anunció que vendría en marzo, y ahora para abril.

Hay quienes creen que la marcha de sus actividades empresariales ha sido afectada por su enfermedad y ausencia, por lo que no estaría en condiciones para invertir en una campaña electoral en la que no tiene perspectivas propias y menos aún para lanzarse de frente a un presidente que busca la reelección.

De Peynado se dice que invirtió buena proporción de su fortuna en la política, particularmente en la campaña de 1996, cuando fue dejado solo por el caudillo Joaquín Balaguer y gran parte de su partido que prefirió apoyar a Leonel Fernández en la primera edición del “Frente Patriótico”.

[b]Pacto de largo alcance[/b]

El apoyo a la candidatura de Fernández se inscribe dentro de un pacto de largo alcance, que incluiría la colocación de cuadros reformistas en el gobierno, en el caso del triunfo del PLD en los próximos comicios.

Ese sector confía en que ello sea suficiente para atraerse a una parte considerable de dirigentes y militantes reformistas, muchos ya de por sí dispuestos a subirse a la guagua triunfante que señalan las encuestas. El objetivo es contar con respaldo del eventual gobierno para una nueva alianza electoral en las elecciones congresionales y municipales del 2006, lo que sería un imán para atraerse cuadros y dirigentes con aspiraciones y finalmente capturar el control del PRSC.

La estrategia del grupo disidente partiría de la convicción de que Estrella y los dirigentes “de la Casa”, los herederos directos de Joaquín Balaguer, quedarían tan mal parados en los próximos comicios que tendrían muchas dificultades para controlar la maquinaria reformista.

Ese proyecto conectó con la estrategia del PLD, que busca acumular la mayor cantidad de fuerza para dar un golpe contundente en la primera vuelta electoral del 16 de mayo, temerosos de que para una segunda ronda el reeleccionismo pueda imponerse utilizando todo el poder gubernamental, incluyendo métodos no democráticos.

Aunque las encuestas confieren a Fernández una enorme ventaja para primera y segunda ronda de votaciones, y registran una altísima tasa de rechazo, sobre el 75 por ciento, a la candidatura del presidente Hipólito Mejía, los estrategas del PLD no quieren desperdiciar la oportunidad de sumar.

Parten de la convicción de que en los sectores que respaldan a Eduardo Estrella predomina el acercamiento al actual gobierno, especialmente algunas de sus figuras que han sido bien tratadas en términos de contratas y otros favores, por lo que terminarían apoyando al presidente Mejía en caso de una segunda vuelta. En consecuencia, juegan a debilitar y dividir al reformismo desde ya, invitando a todos los que viven de la política o tienen expectativas de controlar el partido colorado a subirse con tiempo a la guagua del triunfo.

Aunque está por verse la fuerza que arrastrará el sector que ha pactado con el PLD, es indudable que de inmediato perjudica la candidatura de Estrella, justo cuando sumaba parte de los disidentes y parecía que empezaba a superar las dificultades que arrastra desde su elección hace un año.

[b]Podría ser contraproducente [/b]

La precipitación de este acuerdo podría, sin embargo, constituirse en contraproducente, al enseñar las cartas con mucha anticipación a los comicios. Ese se puede inferir de las reacciones que ha producido el acuerdo tanto al interior del PRSC como en los ámbitos del presidente Mejía.

La indignación en sectores reformistas, desde el candidato presidencial, hasta la gente “de la casa” y dirigentes que no quedaron satisfechos de los resultados del anterior Frente Patriótico, promete una venganza, lo que acentuaría las inclinaciones al pacto con la candidatura perredeísta en una posible segunda ronda de votación.

Por su parte el jefe de la campaña releccionista, Eligio Jáquez adelantó su convicción de que “saldrán muy caros” los propósitos de debilitar y destruir al Partido Reformista.

Los términos de los discursos con que se selló el pacto del lunes 22 indican que el balaguerismo sigue vivo. Con poca originalidad se apeló de nuevo a las frases de Balaguer en 1996 como aquella de cerrar el paso al “camino malo”. Aunque parece que no necesita ese apoyo, la dirección peledeísta apela a los sentimientos balagueristas de hace 8 años.

Desde luego que se trata de una contraparte al esfuerzo que ha hecho el presidente Mejía por reeditar frases y símbolos del balaguerismo, incluyendo el “paso de vencedores”, el “vuelve y vuelve” y el que “no se puede cambiar de montura cuando se está vadeando un río”.

Aunque el balaguerismo sigue vivo para buena parte del liderazgo de los partidos mayoritarios, su partido luce en vía de una canibalización, ya que el fraccionamiento de esta semana contribuye a sembrar mayores enconos y alejar las ya escasas posibilidades de reunificación.

Ahora ya no son dos, sino por lo menos tres, los sectores que se disputan la herencia del PRSC que Balaguer no quiso instituir en vida, y cada vez más parecen esfumarse las posibilidades de que alguno de sus líderes logre una encarnar una reunificación.-

[b]Nuevas encuestas a la vista[/b]

Para estos días finales de marzo se espera la publicación de tres encuestas, dos de ellas acreditadas en el mercado nacional. La primera en publicarse, a partir del lunes 29 será la de Hamilton para HOY, una de las más reputadas en el país en las últimas décadas.

También será entregada al público una nueva encuesta de la firma Penn and Schoen y muy probablemente una tercera a cargo de una empresa española. Los trabajos de campo de las tres estaban concluyendo al caer esta semana.

La circunstancia de que será la primera después de completadas e inscritas todas las candidaturas presidenciales y de cierta reunificación en el perredeismo, le confiere una mayor importancia.

Para cualquier analista parece obvio que Hipólito Mejía no se mantendrá en el 13 y 14 por ciento que le dieron Penn and Schoen y Gallup el mes pasado. La proporción en que se pueda haber recuperado será indicativa de lo que ocurriría en mayo, sobre todo si no hay mayores diferencias entre las diversas encuestas.

Los perredeístas apuestan a colocarse hasta por encima del 30 por ciento, como ya adelantó el presidente Mejía, y en tal caso tendrían un gran aliento y “se meterían en juego”. Pero las desfavorables circunstancias económico-sociales persistentes y la tasa de rechazo marcada por las mediciones anteriores hacen difícil que puedan siquiera duplicar las preferencias registradas cuatro semanas atrás.

Estas mediciones también serán un termómetro para la candidatura de Eduardo Estrella, que en las del mes pasado apareció en segundo lugar y compitiendo con la del agrónomo Mejía.

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