El PRSC se bate entre la democracia y las alianzas

 El PRSC se bate entre la democracia y las alianzas

En el 2000 Balaguer concurrió a las elecciones presidenciales pese a sus limitaciones físicas, siendo esa la  última vez que participó en la actividad que era la savia de su vida.

POR LEONORA RAMÍREZ S.
Con el manto de un fraude colosal en contra de José Francisco Peña Gómez, candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRSC), el expresidente Joaquín Balaguer retuvo el poder en 1994, pero a cambio se redujo su mandato a dos años y en una reforma constitucional se impidió la reelección por dos períodos consecutivos.

Al cabo de 24 años de concentración de poder, desde su primera reelección en 1970, a los demás dirigentes reformistas les llegaba la oportunidad de oro: la postulación presidencial de ese partido.

En ese escenario, resultado de la solución de la crisis post electoral  que provocó la citada irregularidad, emergió en el partido reformista una nueva correlación de fuerzas que se polarizó en dos figuras: Jacinto Peynado y Carlos Morales Troncoso.

Como los comicios presidenciales debían efectuarse en 1996, en 1995 se conocieron las aspiraciones de Víctor Gómez Bergés, Morales Troncoso, Angel Lockward, Juan Arístides Taveras Guzmán y Peynado.

El proceso era más que histórico, pues se trataba de la primera vez que el PRSC no proclamaba a Balaguer como su candidato a la presidencia, pero además del surgimiento de una soterrada lucha por la dirección del partido ante la precaria salud del nonagenario líder.

Aunque teóricamente la democracia –por la cantidad de postulantes- comenzaba a penetrar en el PRSC, las denuncias de eventuales irregularidades externadas por algunos precandidatos, dejaban entrever que alcanzar la transparencia sería una larga batalla en esa organización.  

El 26 de junio de 1995 Lockward expresó que el dinero no sería determinante para ganar o perder en las primarias, y el 25 de septiembre del mismo año Peynado admitió que ciertos sectores pretendían desarticularlas con la excusa de su posposición.

Asimismo, el 30 de septiembre de 1995 Morales Troncoso llamó a los seguidores de Peynado a la prudencia y la calma, y acusó a sus adversarios de falsificar cédulas para usarlas en su contra.

El primero de octubre de 1995 se efectuaron las primarias, para las cuales se crearon 2,147 centros de votación en todo el país, con la característica de que podían sufragar hasta miembros de otros partidos.

De las 412,147 personas hábiles para votar en esa contienda faltó Balaguer, quien se negó a sufragar. Del total de las votaciones Peynado obtuvo 238,386, Morales Troncoso 128,713, Gómez Bergés 30,746, Lockward 10,468, y Taveras Guzmán 3,830.

El 2 de octubre de 1995 el entonces vicepresidente Peynado dijo que logró la victoria imponiéndose “al oro corruptor que salió a flote en ese proceso”.

UNA VEZ MÁS POR NECESIDAD

El PRSC perdió las elecciones de 1996, al darle al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) el empuje que necesitaba en una segunda vuelta para derrotar al candidato perredeísta Peña Gómez.

Ante el desgaste de ese partido su dirigencia descartó las primarias para los comicios del 2000, alegando dos cosas: que no contaba con recursos para hacer ese montaje, y que Balaguer sería el único ganador en una contienda interna.

Pero Mario Read Vitini y Alfredo Mota Ruiz se convirtieron en las voces disidentes que rechazaron esa posición. El 18 de noviembre de 1999 Read Vitini denunció que esa convención sería amañada, fraudulenta y comprometida, porque el procedimiento correcto eran las primarias.

Mota Ruiz, creador del movimiento “Lo que diga Balaguer”, consideró el 13 de enero del 2000 que la asamblea reformista era ilegal porque no tenía el aval de la alta dirigencia del partido.

Pero la decisión estaba tomada. El sábado 15 de enero del 2000 Balaguer aceptó la candidatura después de una convención extraordinaria, y dijo que “asumía la responsabilidad cívica que los asambleístas habían puesto en sus hombros, y que pese a sus limitaciones físicas haría todo lo posible por hacer de esta patria una patria más justa para todos”.

Read Vittini impugnó la asamblea extraordinaria -en la que también participó como precandidato Peynado- ante la Junta Central Electoral (JCE), pero ese tribunal rechazó la solicitud del dirigente reformista.

Balaguer salió derrotado en las elecciones presidenciales que ganó Hipólito Mejía, el candidato del PRD, convirtiéndose esa en la última vez que postuló para la primera magistratura del Estado.

LA LUCHA DE TENDENCIAS

Ante la inminente desaparición de Balaguer, que en el 2000 contaba con 94 años, se pasó de la concentración del poder del caudillo, a la lucha de tendencias entre los llamados reformistas de la casa que formaban un anillo alrededor de éste, y los dirigentes emergentes que también procuraban sus territorios en la dirección del partido colorao.

Esa realidad se trasladó a la convención para la escogencia de los candidatos congresionales y municipales del 2002, pues en ese proceso se preludiaban anomalías, mediante el establecimiento de acuerdos de aposento que denunció Carlos Morales Troncoso. 

De hecho, en las convenciones realizadas a finales del 2001 y principios del 2002 se denunciaron irregularidades en San Francisco de Macorís, y se anularon las de San Juan de la Maguana.

Un acuerdo con el PRD para esos comicios habría sacrificado las aspiraciones de candidatos reformistas.

PRIMERAS PRESIDENCIALES SIN BALAGUER

El 14 de julio del 2002 falleció Balaguer. Su muerte cerró un ciclo en la política dominicana, pero también abrió las compuertas de las confrontaciones entre las diferentes islas de poder que se jugaban la heredad del PRSC, y en términos generales la permanencia de esa organización en el sistema de partidos del país.

Ocho precandidatos se disputaban la representación para las elecciones presidenciales del 2004, y en tal sentido, el 14 de enero del 2003 la dirigencia reformista decidió que éstos participaran en las primarias fijadas para el 30 de mayo de ese año, desistiendo con ello de las encuestas para la escogencia del candidato.

Los aspirantes en esa ocasión eran Jacinto Peynado, Eduardo Estrella, Federico Antún Batlle, José Hazim Frapier, Víctor Hugo Hernández, Héctor Rodríguez Pimentel y Alexis Joaquín Castillo.

El 22 de febrero de ese año la comisión ejecutiva del PRSC decidió eliminar a dos de los precandidatos, pero sólo se descartó a Rodríguez Pimentel y posteriormente declinaron de participar Hernández, Batlle y Hazim Frappier.

La convención se realizó el 30 de marzo del 2003, el 31 se dio como ganador a Estrella y de inmediato surgieron las denuncias de fraude procedentes de los seguidores de Peynado.

El 2 de abril la comisión electoral del PRSC anunció que se revisarían los resultados en San Pedro de Macorís, donde se habrían cometido las irregularidades en contra de Peynado.

El 7 de abril de ese año el partido declaró a Estrella como ganador -con 192,283 votos-  y tildó de inadmisibles las impugnaciones hechas por Peynado, quien obtuvo 178,298 sufragios.

Pero el derrotado precandidato no se quedó de brazos cruzados, y el 29 de abril expresó que la única solución a la crisis era que se realizaran nuevamente las primarias en Miches, San Pedro de Macorís, San José de las Matas, Jánico, Tamboril, y que se revisaran ocho mil votos nulos.

La respuesta de Rafael Bello Andino, presidente en funciones del PRSC, fue que esa petición estaba fuera de lugar.

Peynado tocó la puerta de la JCE, donde sometió una instancia para que no se reconociera el triunfo de Estrella, y el cuatro de junio del referido año el tribunal rechazó el recurso de impugnación.

EL FUTURO DEL PARTIDO

El PRSC realiza hoy una convención para seleccionar al candidato a la presidencia, de una trilogía compuesta por Luis Toral, Eduardo Estrella y Amable Aristy Castro.

Esa organización ocupa el tercer lugar entre los principales partidos del sistema (PLD y PRD), y en las elecciones presidenciales del 2004 obtuvo 294,033 sufragios con la candidatura de Estrella, para un 8.14 por ciento.

A raíz del Frente Patriótico, el acuerdo firmado con el PLD para enfrentar al PRD en la segunda vuelta electoral de 1996, al PRSC se le califica como un partido bisagra, presto para las negociaciones; como “La Gran Alianza Nacional” se calificó al acuerdo con el PRD para las elecciones congresionales y municipales del 2006.

Hoy el PRSC define no solo al candidato del 2008, sino  también su futuro en el sistema de partidos.

Bastaría escuchar  una promoción de Estrella para entender ese proceso: “soy un  candidato para ganar, no para negociar”.

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