Si uno se pregunta cuál es la razón del Partido Revolucionario Social Demócrata  (PRSD) tiene que responder que ha sido gracias a la coherencia y capacidad que han mostrado su máximo líder, el licenciado Hatuey Decamps y sus principales dirigentes, como Lic. Rafael Gamundi Cordero, Secretario General; Lic. Juan Estévez, Secretario de Organización, Héctor Aristy, Dr. Dionisio Soldevila, Amadeo Lorenzo, Eulogia Familia, Dra. Fanny Sánchez Pujols, Lic. Jaime Fernández, Lic. Hipólito García Racio, Arq. Zoila Beltré y el Dr. Luis Minier y otros que sería prolijo enumerar, todos miembros del comité central ejecutivo, quienes vienen trabajando silenciosamente, con entusiasmo y ardor como las abejas, organizando el Partido por los cuatro puntos cardinales de la República, con un éxito asombroso.

Mientras tanto, el PLD, con dirigentes como Franklin Almeyda, Félix Bautista, Alejandrina Germán y otros, no han hecho más que distanciarse de la personalidad de la gente, que es lo mismo que decir, parafraseando al profesor Juan Bosch, que los problemas del pueblo, porque son dirigentes que en sus actitudes y comportamientos sintetizan la intolerancia y la prepotencia del PLD y del Gobierno frente a las masas desposeídas. Son un partido y un gobierno que se han hecho temer de las grandes mayorías del pueblo dominicano.

Si el PRSD sigue su proceso de crecimiento, sin haber ni siquiera cuestionado los desatinos del  Gobierno frente a la nueva escalada de precios en los artículos de primera necesidad, la desatención a los problemas barriales y el recrudecimiento de la crisis en los servicios de agua, energía y otros, hay que esperar entonces que ese crecimiento será mucho mejor en la medida que se acerquen las elecciones.

Lo que tiene que hacer el Gobierno es propiciar los cambios y las transformaciones que reclama a viva voz todo el pueblo, para mejorar las condiciones de vida de las grandes mayorías, que se levantan sin saber dónde va a encontrar el sustento de los suyos; porque mientras el gobierno se empeña en su política sin rumbo, hay una mayoría que sufre su desatino, lo ideal sería que la política, que tanto gusta a todos los dominicanos, se realizara con la barriga llena y el corazón contento.

En el marco de un cuadro tan complejo y difícil, el trascendente papel que ha desempeñado el Lic. Hatuey Decamps Jiménez, combinado con su fecunda trayectoria política, primero como dirigente estudiantil, después como presidente de la Cámara de Diputados y luego como Secretario de Estado de la Presidencia, del cual renunció, lo convierten en una valiosa reserva moral de la población dominicana; porque la experiencia ha demostrado que en este país no se puede seguir improvisando sino que hay que contar con líderes con conocimiento y capacidad para enfrentar y resolver los problemas nacionales con el concurso de todos los sectores sensatos; pero además, ya los tiempos exigen la participación, negociación y no aquellos liderazgos unipersonales, que tanto han afectado el fortalecimiento del sistema democrático.

Claro, el PRSD tiene en el Lic. Hatuey Decamps Jiménez a su principal figura, su gran líder y también cuenta con hombres y mujeres con sobrada capacidad y talento.