El público y la exposición
de imágenes del Louvre

El público y la exposición<BR>de imágenes del Louvre

POR MARIANNE DE TOLENTINO
Hacía falta en Santo Domingo un espacio cultural susceptible de atraer a una multitud de personas en torno a manifestaciones de artes visuales. Un sitio que cumpliese el papel de un museo, respecto a las exposiciones, sin que la gente tuviese que acudir especialmente y entrar. Un lugar que permitiera a la vez pasear, aprender y recrearse.

Convertir el Parque Independencia en una gran galería de arte al aire libre, accesible todos los días y a todas horas, llenó ese cometido. Ese fenómeno masivo empezó cuando, a instancias de la Embajada de Francia, junto a la Secretaría de Estado de Cultura y con el aporte de mecenas, se exhibió la muestra de Yann Arthus-Bertrand, “La tierra vista desde el cielo”, cruzada fotográfica por la biodiversidad, la salvación de las riquezas naturales e imágenes contundentes de un mismo y vasto formato.

El éxito fue inmenso. La misión diplomática francesa donó las estructuras portadoras de los cuadros a la Secretaría de Cultura, que a seguidas -generalmente con asociaciones o personalidades, mediante proyectos sometidos a una comisión- presentó sucesivas exposiciones, siendo algunas apasionantes y aleccionadoras.

Ya el público se había acostumbrado, el Parque Independencia iba recuperando su popularidad, y, entre dos exposiciones, reinaba la impaciencia… por la muestra de fotografías venideras. Sin importar cuál fuese el tema, siempre hubo millares de visitantes…

La exposición del Louvre

En el mes de septiembre, una exposición excepcional. “Imágenes del Louvre, seis siglos de pintura europea”, reveló al público 122 obras maestras del Museo del Louvre, magníficamente reproducidas al tamaño en base a fotografías digitales, tomadas especialmente por el museo parisino para la muestra dominicana,  y una primicia en el mundo. Una información completa acompañaba cada cuadro, aparte de paneles de datos de historia del arte y del Louvre. La acogida fue triunfal para ese evento, coorganizado por el Louvre, la Embajada de Francia, la Secretaría de Cultura, el Centro Cultural Cariforo, y sostenido por patrocinadores, encabezándolos Orange Dominicana. Su historia ha sido reseñada varias veces por los medios de comunicación.

El entusiasmo fue algo incomparable, no solamente de los espectadores que conocían parte de las obras maestras por libros,  o porque habían ido al Louvre, sino de quienes descubrían la máxima expresión de la pintura clásica.

Quién sabe si algunos no visitaban una exposición de esa clase por primera vez.   Evidentemente, entre los cuadros más mirados están la Gioconda de Leonardo da Vinci -¡emblema del Louvre!- y Las dos hermanas, de Théodore Chassériau,  no solo por los orígenes criollos del artista que ejercían una atracción especial, sino  también por su pinturas religiosas. Por supuesto, correspondiendo a la fe del pueblo dominicano, llamaron la atención las pinturas de este tipo tanto  del Medioevo como de los siglos siguientes.

La gente se iba deteniendo prácticamente delante de cada una de las perfectas reproducciones e ilusión de la obra original -con su marco-. Muchos volvían en la tarde, y en la noche, en los fines de semana, la afluencia crecía, todas generaciones confundidas. Por la mañana eran incontables los colegios, públicos y privados llevados a menudo por sus profesores, y  millares de estudiantes, motivados, que tomaban notas. Con evidente interés, seriedad y placer, iban preparando sus reportes. Fue una gran experiencia pedagógica, también asistida por talleres y la entrega de un folleto, muy didáctico y abundantemente ilustrado, distribuido a todos, que encantó a los jóvenes.

Es muy importante el testimonio del público y darle la oportunidad de escribir sus impresiones, tanto de los visitantes maduros como de los adolescentes. Un “Libro de Oro” se les presentaba, y muchos anotaron sus comentarios. Nos cuentan que un colegio hizo su propio libro, con decenas de reflexiones de maestros y estudiantes. A continuación, reproduciremos algunos juicios críticos de los espectadores, aunque demasiado pocos….

Dice el público

“Me parece una exposición muy interesante, bien organizada y estructurada. Supieron elegir las obras más interesantes para el deleite del público”. Paola M. Chevalier, Universidad Católica.

“La exposición me pareció especial porque tuvimos la oportunidad de conocer más de la pintura de los distintos siglos. Me pareció creativa y ‘enseñativa”. Génesis Morillo Ortiz, Colegio Las Margaritas.   “Es una gran oportunidad para el dominicano que no puede asistir al Museo del Louvre”, Dahiana B. Pesqueira.

“¡¡Fabulosa!!”. César Mera

“Ciertamente, la exposición del Museo del Louvre es una experiencia cultural enriquecedora y maravillosa. Ojalá muchas entidades educativas y culturales puedan valorar el esfuerzo de los organizadores. Muchas felicidades por este gran aporte al conocimiento y a nuestro pueblo”, Jus Nillorne.

“Sin lugar a dudas la más interesante exposición que han presentado. Sobre todo me ha llamado la atención el hecho de que ha sido la más visitada por estudiantes y en familia, según he podido ver cada vez que voy y regreso del trabajo”, Pedro Pablo.

“Esta ha sido una experiencia inolvidable, puesto que hemos pasado unos momentos como si estuviéramos en París.(…)”, José M. Soriano, profesor.

“Gracias por darnos la oportunidad de tener estas grandes obras a nuestro alcance. Sigan trayendo otras tan interesantes”, Sergio Gómez.

“Creo que esta exposición es muy interesante porque nos ayuda como estudiantes a aprender acerca del arte de los pueblos europeos” (….) Julissa Mercedes, Colegio Santa Teresa.

“Excelente exposición. Gracias por tan brillante labor en beneficio del pueblo dominicano”, Carlos Jerez.

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