MAPU, Haití (AFP).- Desde el helicóptero, el pueblo de Mapu, en el sudeste de Haití, donde murieron unas 280 personas por las torrenciales lluvias, se ve como una inmensa laguna barrosa de la que emergen palmeras y los techos de algunas casas.

Algunos jóvenes juegan fútbol en el terreno donde aterriza el helicóptero y donde aguardan representantes de la Cruz Roja francesa y haitiana con rostros graves.

El juego aparentemente indolente de los jóvenes no esconde la desesperación de algunos sobrevivientes, como Betty Saint-Louis (26 años), que perdió a su tío y a seis de sus primos y primas, o la de Eliamène Germain (36), cuyos cinco hijos fueron arrastrados por la fuerza de las aguas.

«Hay muchos traumas sicológicos importantes», indica a la AFP Albert Brizio, de la Cruz Roja francesa, instalada con un equipo de Médicos del Mundo en una escuela todavía en pie.

Como si fuera poco, este sábado un fuerte sismo sacudió la región, aunque no provocó -al parecer- nuevos daños.

En la noche del 23 al 24 de mayo, lluvias diluvianas cayeron sobre la Isla Española, que comparten Haití y República Dominicana, dejando hasta la noche del viernes un balance provisional de 980 fallecidos, aunque organismos internacionales temen que este número trepe a unos 1.500 sólo en el lado haitiano.

El ministro francés de Relaciones Exteriores, Michel Barnier, llegó el viernes con el ministro haitano de Finanzas hasta Mapu, innaccesible por ruta.

Según la defensa civil haitiana, las inundaciones dejaron 280 muertos en esta localidad. La ministra haitiana de Salud Pública, Josette Bijou, precisó a la AFP que «173 personas fueron enterradas hasta ahora».

Para la Cruz Roja francesa, la localización de casas destruidas y la recuperación de cadáveres sigue siendo una prioridad, junto con la entrega de agua y alimentos para los sobrevivientes.

Los cuerpos siguen en las casas sumergidas, dice la Cruz Roja, que advierte sobre balances esquivocados que pueden dar los medios de prensa y que considera «subestimados».

Un sobrevivente, Etzer Depestre, de 62 años, recuerda como salvó a 26 personas que iban a ahogarse. Y es que en este lugar montañoso, él era uno de lo pocos buenos nadadores del pueblo. Depestre perdió sin embargo todo su ganado y cultivos.

La Cruz Roja francesa anunció que espera recibir en las próximas ahora un bote inflable zodiac procedente de Puerto Príncipe, que servirá para buscar más cadáveres en las casas sumergidas bajo las aguas, cuya profundidad varía entre los 1,50 y 5 metros. Todos los cuerpos que sean hallados serán inmediatamente enterrados, para evitar epidemias.

Socorristas extranjeros en Haití y República Dominicana buscaban el sábado entregar ayuda a las víctimas de las torrenciales lluvias.

Canadienses y estadounidenses de la fuerza multinacional que opera en Haití reanudaron el viernes los vuelos de helicópteros a los lugares más afectados, que habían sido interrumpidos debido a las malas condiciones climáticas.