La devoción por la Virgen de la Altagracia no es exclusiva del país sino de toda la isla, pues en los pueblos fronterizos se realiza una eucaristía en creole para conmemorar este día con los ciudadanos haitianos residentes allí.
Así lo afirma el sacerdote Ronny Stenfan, delegado de las Antillas de la Pastoral Juvenil Salesiana. De acuerdo al sacerdote, entre las zonas donde se celebra dicha eucaristía figuran Paraíso en Barahona, Pedernales, La Descubierta y Jimaní.
El cuadro
La relación de la Virgen de la Altagracia con el pueblo dominicano ha trascendido lo religioso para formar parte de la cultura del pueblo. Uno de los simbolismos más característicos es la relación de los colores del cuadro con los colores patrios. Otro factor es la presencia de la familia, el niño acostado, María y al fondo, san José. Y eso nos muestra la unión familiar, según el reverendo. Los brazos extendidos expresan la alta gracia de ser la madre del salvador del pueblo.
No importa cómo llegó la venerada imagen de la Altagracia al país, lo que sí es cierto es que es símbolo del pueblo dominicano: de su fe católica, de su identidad nacional, de su confianza en la protección de la madre de Dios, la Virgen María.
En el país es raro encontrar una parroquia que no tenga un cuadro de la Altagracia; casi no existe un pueblo que no tenga una calle que se llame Altagracia; y casi no existe una familia que no tenga, al menos, un testimonio de la intercesión de la Virgen.
Historia
Se cuenta que el cuadro fue traído al país por dos hermanos: Alonso y Antonio Trejo, que vinieron de Extremadura, España. Esto sucedió por el año de 1514. Ellos colocaron el cuadro en la iglesia de la Villa de Higüey, donde decidieron establecerse. Muy pronto la gente comenzó a tenerle un aprecio especial al cuadro.
La gran cantidad de peregrinos que empezó a visitarlo, hizo que se construyera una iglesia nueva, de piedra, en 1572. La basílica que actualmente cobija el cuadro se comenzó a construir en 1946 y fue inaugurada en 1971. A esta historia se le añade la leyenda de que el cuadro fue entregado por un anciano desconocido a un hombre a quien se le había perdido su hija. Se cuenta que aunque el cuadro se llevó a la casa de esa familia, por las mañanas aparecía, milagrosamente, en un naranjo. Por esta razón decidieron moverlo definitivamente al árbol para que todos lo vieran.
Maricruz Hernadez
Ama de casa
La salud de mi padre estuvo el año pasado muy mal, y tenía miedo que pasara algo que no pudiera aguantar. Entonces le pedí a la Virgen que me ayudara, y todo salió bien.
Olga Castillo
Ama de casa
Después que me casé, duré tres años sin salir embarazada, y le prometí a la Virgen que si me concedía tener un hijo lo llevaría antes del año vestido de blanco a una misa en la Basílica. Al año quedé embarazada.
Nuestra Señora de la Altagracia es el punto de unión del pueblo dominicano, que en su día olvida diferencias para ser como uno ante ella.
La Virgen de la Altagracia es la Protectora del Pueblo Dominicano (por confusión, muchas personas piensan que es la Patrona del país; la Virgen de las Mercedes es la Patrona).
Su devoción, por parte de la población católica, se inició en el país durante el período colonial, de donde pasó a otras regiones de América.
El Papa Juan Pablo II, durante su visita al país, coronó personalmente el 25 de enero de 1979 a la imagen con una diadema de plata sobredorada.