Cuando los pueblos pierden el rumbo hacia donde desean llegar, su futuro es incierto y preocupante. Este es el caso del pueblo dominicano, que hoy carece de la falta de alguien que lo gerencie con verdadero destino de nación.

Para impensable, pero es cierto en una gran proporcionalidad social, que el pueblo dominicano, sobre todo el pueblo de a pie, se siente desorientado y desprotegido, por no decir, sin esperanzas.

Cada día vemos a una población totalmente indefensa, impotente y en un proceso de descomposición moral, económica, cultural y de soberanía, que jamás se pensaba que ocurriese en pleno siglo XXI.

Cuando estábamos en el siglo XX abogamos porque viniera el siglo XXI que sería de bonanzas, de progreso y desarrollo para todos los dominicanos y dominicanas pero, lamentablemente, no ha sido así.

Las riquezas sectorizadas y la pobreza en todas sus manifestaciones han tomado la primacía, dejando a un pueblo cada día más empobrecido, más desorganizado y más dividido entre la brecha de los que pueden y tienen todo y los que no tienen nada, porque no gozan del poder.

Hoy el pueblo dominicano no tiene quien lo defienda, quien lo administre con verdadera eficiencia, quien responda por sus irresolubles necesidades. La situación económica y social empeora.

El pueblo no tiene una gerencia integral que se preocupe por sus necesidades, por la falta de empleos, por su seguridad, por su salud, por su educación y alimentación de calidad.

Vivimos en un Estado donde lo que predomina es el “sálvese quien pueda”; en una sociedad de indolencia e indiferencia de las precariedades de los demás.

Vivimos en un pueblo que lo que más importa es el “poder político y la riqueza” de unos pocos, los demás dominicanos nada importa. En conclusión, como el pueblo no tiene gerencia, que siga el proceso de un sistema clasista, excluyente e inhumano, que solo valora y defiende a sus actores burgueses, que en nada le duele la miseria que se sufre ni la destrucción de la sociedad. Hasta cuándo estaremos los dominicanos en esta situación.

¿Quién podrá venir a defendernos?, a gerenciarnos con eficiencia, democracia y nacionalismo.

Esperamos en Dios que ilumine algún dominicano para que algún día gerencie realmente al país, cumpla las leyes y la haga cumplir y trabaje para bienestar de todos sin grupismo ni ideología partidaria.